.
Isabel II llega a Badajoz
Eran las siete de la ya noche del día 10 de Diciembre de 1866, el pueblo de Badajoz veía con inmensa satisfacción y sorprendente gozo la llegada de la familia Real.
¡Viva la Reina de España! gritaban…
21 cañonazos anunciaban la llegada de SS. MM. y AA. a la estación del ferrocarril, donde se hallaban ya las principales autoridades, corporaciones civiles y militares, y un inmenso gentío de todas clases.
El continuo repicar de todas las campanas aumentó la animación y entusiasmo, empezaron a oírse sin cesar los ¡vivas!.
Después del recibimiento que se les hizo en la estación, se encaminaron hacia la población, donde también esperaba una gran multitud.
Todo el camino desde la estación hasta el Palacio del Ayuntamiento estaba lleno de elegantes arcos de romero, donde colgaban vistosos y elegantes faroles a la Veneciana.
La Maestranza de artillería estaba gustosamente adornada con diversos juegos de luces de todas clases, transparentes, trofeos y otros objetos.
El cuartel de infantería estaba también revestido de luces y trofeos colocados con gusto y delicadeza, ostentando en cada una de sus ventanas los nombres de las diferentes acciones en que el Regimiento Gerona se había encontrado desde la guerra civil, y en la puerta principal de ostentaba un arco en que había versos dedicados a S.M. y Príncipe de Asturias.
A continuación estaba el establecimiento de Beneficencia que, como lujo y buen gusto, sobresale entre todos los establecimientos de la población. Sus paredes eran una completa luz, con sus más de 10.000 lucecillas. En el centro se ostenta una magnífica portada, en que estaba la Madre de la Caridad con estas letras:
AQUÍ MORA LA PIEDAD
Sus cornisas estaban completamente vestidas de faroles Venecianos y vistosas arañas compuestas de bombas. Todas las ventanas estaban rodeadas de banderas y estandartes. En su puerta se encontraba una comisión de niñas vestidas de Filomena para recibir a la Real familia.
Al pasar SS. MM. se presentaron hermosas luces de bengala.
El Seminario Conciliar de San Aton también estaba iluminado con multitud de luces de todos los colores y en su balcón presentaba un gran escudo de armas y una dedicatoria a su Reina.
Mas allá estaba colocado el arco transparente que a SS. MM. y AA. dedicaban los empleados de Hacienda, Gobernación y Fomento, destacando la delicadeza de sus pinturas.
El paseo de San Juan, la Iglesia Catedral y todos los edificios de la carrera estaban vistosamente adornados.
Todos los demás edificios de establecimientos públicos también lo adornaban trofeos, arcos, dedicatorias, versos, juegos de luces etc. Como los de la Diputación provincial, casa de Correos, Hospital militar, Cuartel de Caballería, de San Agustín, de la Guardia Civil, Carabineros, Gobierno de la provincia, Capitanía General, Instituto, Escuelas Normales y otros muchos.
Al llegar la comitiva a la Catedral se canta un Te Deum y desde allí se encaminan al Palacio del Ayuntamiento, a cuyos balcones salen a saludar.
Varias músicas, entre ellas la de la vecina ciudad de Olivenza, entonan algunas piezas, al tiempo que comienzan sorprendentes fuegos artificiales.
Mas tarde, bajo la dirección de músico D. Anacleto Méndez, comienza una brillante serenata compuesta por instrumentos nacionales como guitarras, bandurrias etc…
A la mañana siguiente partían para Lisboa.
Se esperaba el regreso de la comitiva real a Badajoz para las 11 de la noche del día 14, y a esa hora volvía a estar ya Badajoz iluminado, y el regimiento Gerona se hallaba ya tendido en la carrera que volverían a seguir S. MM., mientras que los batallones de cazadores de Madrid, Barcelona y Baza ocupaban los dos lados del ferrocarril, desde la estación hasta la frontera portuguesa.
Pero el regreso de SS. MM. No tuvo lugar hasta la una en punto de la madrugada, en la que llegaron a la estación, realizándose su entrada en la población a las dos.
A pesar del intenso frío, las calles y plazas de la carrera se hallaban ocupadas por multitud de personas, que en su mator parte estaban esperando desde las 9 o las 10 de la noche.
Luego que SS. MM. Y AA. entran en el palacio municipal, saludan desde el balcón principal a la muchedumbre que llenaba la plaza de la Constitución, comenzando los fuegos artificiales, que se prolongan hasta las 3 y media de la madrugada.
El baile previsto en el casino estaba poco concurrido debido a lo avanzado de la hora, con la mayoría de la población en las calles y las personas que hubieran podido asistir, tenían necesidad de recibir a los que, pertenecientes a la regia comitiva, iban a hospedarse a sus casas.
SS. MM. Invitadas a la fiesta no asisten, disculpándose por lo avanzado de la hora.
A la mañana siguiente, a las diez de la mañana la familia real se dirigieron a la catedral con objeto de oír misa, donde ya había dirigido su voz desde el púlpito, a los concurrentes, el autor de La llave de oro, el reverendo Claret.
Terminad la ceremonia de la misa, la comitiva se ocupa de visitar los establecimientos de beneficencia, el convento de las monjas Descalzas y el hospital militar, en cuyas inmediaciones fueron objeto los reyes de una gran ovación.
Todas las calles que recorren durante esta excursión, se hallan ocupadas por un inmenso número de personas, que apenas permitían el paso de los carruajes.
Regresan al palacio municipal, recibiendo a todas las corporaciones y a las personas que desearon besar la mano de la Reina.
Es recibida la esposa del teniente de carabineros Rotenflue, que deseaba dar las gracias a S.M. por haber indultado a su marido.
Terminado el acto se sirve un espléndido almuerzo, durante el cual, junto a la habitación que ocupan los reyes y personas convidadas, la orquesta puramente española dirigida por D. Anacleto Méndez y compuesta por jóvenes artesanos. S. M. la Reina manifiesta su deseo de volver a oír parte de las piezas de la anterior noche, yendo en medio de la orquesta para dirigirles unas palabras, siendo respondidas con vítores.
A las dos y media de la tarde los disparos del cañón y un repique general de campanas avisan que SS. MM. Se disponen a partir para Madrid.
Una gran concurrencia afluye a las calles de tránsito, mientras que otros muchos se dirigen a la estación, donde ya se encontraban muchísimas aguardando.
A las tres el silbido de la locomotora anuncia su marcha, partiendo poco después.
La Reina ha asegurado que antes de mucho volverá a esta capital a pasar unos días.
Pero ya no pudo volver. Los tiempos de "La Gloriosa" estaban ya cerca…
.