Cuaderno de bitácora de un viajero a lo pasado de la ciudad que le vio nacer. Pequeñas cápsulas del tiempo, pequeñas curiosidades que voy descubriendo en el papel de los libros y periódicos de aquellos que fueron testigos de otro tiempo, y que con estos artículos vuelven a la luz. Quedan invitados a acompañarme en este viaje.

sábado, 17 de abril de 2010

El paso por Badajoz del rey de Portugal Don Sebastián en 1576


Vamos a ver en esta ocasión lo que se contó referente al paso del rey de Portugal D. Sebastián por Badajoz, en su viaje a Guadalupe para entrevistarse con su tío Felipe II. Para ello vamos a utilizar principalmente los Famossisimos Romances de Joaquín Romero de Cepeda y la carta que Juan de San Clemente escribió a su tío Ambrosio de Morales el 12 de febrero de 1577.

Quiero centrarme principalmente en las descripciones que de Badajoz hicieron, aventurándome a hacer algunas anotaciones, que supongo de antemano, unas serán más acertadas que otras…

El rey Don Sebastián llegó a Badajoz el 18 de diciembre de 1576, vestía de negro por guardar luto por la muerte del emperador Maximiliano II, primo y cuñado de su madre (Juana de Austria, hermana de Felipe II), además de padre de la por entonces reina de España, Ana de Austria, que además de esposa, era sobrina de Felipe II, y cuyas entrañas al parecer todavía, dicen, están en el convento de Santa Ana de Badajoz.

Cuando llegó la comitiva cerca del puente del Guadiana, "que bate con los muros de Badajoz", como a doscientos pasos salieron los caballeros de la ciudad a recibirle y enviaron delante, según Romero de Cepeda, cien arqueros con daga, espada y alabarda, y según San Clemente, cincuenta alabarderos y cocheros con sus libreas, para que a la costumbre de Castilla, guardasen a la Persona del Rey.

En esta entrada del puente, recibió al Rey el alguacil mayor con las fuerzas que iban a escoltar la entrada de Don Sebastián, y así, tras el alguacil mayor, iban los de la guardia de a pie, a continuación la caballería, la justicia, y el regimiento. Tras ellos, a caballo, los regidores, vestidos de seda fina, de manga abierta y de punta, de amarillo cubierto de carmesí, con botas blancas y gorras de plumería, calzas y jubón de amarillo…

Tras pasar por el puente, no entran por la Puerta Nueva, es decir, por la actual puerta de Palmas, sino que dan un rodeo para entrar por la puerta de Santa Marina.

Romero de Cepeda lo expresa así:


La explicación de por qué no entran por la "puerta nueva" nos la da San Clemente diciendo que "la puerta del puente por donde se entra a la ciudad no está tan a cuento para ir cómodamente y vistosamente a la Iglesia, y ver la ciudad en la primera vista con entrada de calle derecha y ancha, y en todo agradable; por esto en semejantes, y aun menores recibimientos acostumbran aquí no hacerlos por esta puerta, sino dar un rodeo desde allí, cerrando aquella puerta con unas puertas de verjas de madera, y van alrededor como de la cuarta parte de la ciudad, hasta la puerta que llaman de Santa Marina".

De estas dos citas podemos sacar información bastante interesante. Desde puerta de Palmas hasta la puerta de Santa Marina se rodeaba la ciudad en una cuarta parte. La ya inexistente puerta de Santa Marina estaba aproximadamente al comienzo de la avenida de Europa, por lo tanto, la muralla medieval debía de transcurrir aproximadamente por el mismo lugar que la actual, aunque como hemos leído aún estaba almenada y con adarve, desde donde se asomaba la gente a ver la comitiva.

Rodrigo Dosma, pocos años después, describe este tramo de la muralla:

"…Entre las dos torres del Canto van asaz derechos dos lienzos de muro, con arcos y caballeros salidizos torreados sobre cava, á juntarse al medio en ángulo obtuso á la real puerta de Jerez, que dicen ahora de santa Marina…"

A caballero es una expresión que se empleaba antiguamente para denotar que una cosa estaba mas elevada que otra, ó tenía dominación sobre ésta, y se le llamaba cava a los fosos de las murallas. Por lo tanto, nos podemos imaginar que las murallas tendrían una forma parecida al lienzo oeste de la alcazaba, un muro almenado, con adarve, con torres albarranas unidas a la muralla mediante un arco.

Badajoz durante el siglo XVI cambia fuertemente su aspecto como ciudad, con una gran actividad constructiva. La actual puerta de Palmas estaba recién construida en aquella época y es por ello que se le llama "nueva". Esta sustituyó a una anterior puerta que estaba junto al embarcadero, que se debió de utilizar para cruzar el río anteriormente a la construcción del puente, y que, según Solano de Figueroa, se cerró cuando se construyó la nueva. En 1511 comenzaron al parecer las obras del puente y a mediados de siglo la puerta. El lienzo de la muralla que da al Guadiana, entre la Alcazaba y esta nueva puerta, se había reconstruido entre 1537 y 1541, en la misma situación que la actual, pero en mi opinión, no por donde discurría la anterior de origen árabe, que estaría más alejada del Guadiana. El puente y su puerta van a producir fuertes cambios en la estructura del callejero en el futuro, pero aún, las calles estaban configuradas según las puertas de Santa Marina y Trinidad, y es por ello que entrarán y saldrán por estas dos puertas que aún son principales. En el plano del Archivo Militar de Estocolmo, de 1645, a la actual calle de Santa Lucía se le llama la callenueba.

San Clemente nos describe como habían preparado el recibimiento en la puerta de Santa Marina:

En esta puerta de parte de fuera tenía a punto un palio muy rico de brocado, y muy grande, con veinte varas, que tomaron veinte de los Regidores, y cubrieron al Rey, que estaba en su mismo caballo, de posta en que entró en Castilla; y ciando vio el palio el Rey, dicen que volviendo a hablar a uno de los caballeros, le dijo: ¡boa pesa es ésta!...

El Rey, debajo del palio, comienza su paseo por la ciudad por la entonces calle de San Francisco, actual calle Pedro de Valdivia, donde según Romero de Cepeda hay mucho mozo gallardo y damas en las ventanas de las calles entapizadas por orden del corregidor. Escoltados por cincuenta alabarderos a cada lado, llegaron hasta la puerta del Perdón de la catedral, donde les esperaba el Obispo.

Allí al entrar en el principio de la procesión junto a la cruz alta, se apeó y salió del dosel, y con el acompañamiento de los Grandes que le seguían, y del Regimiento, llegó al dosel de brocado, y sitial, que estaba puesto fuera de la Iglesia en el umbral, con una cruz pequeña; allí se hincó de rodillas, y de mano del Sr. Obispo adoró la Cruz, y estuvo en pie un poco espacio, y siempre descubierta la cabeza; ofreciole su señoría que entrase en la Iglesia si era servido á hacer oración; respondió; Aiso veño

Sitial es un asiento de ceremonia, usado en actos solemnes para ciertas personas constituidas en dignidad, que estaría cubierto por un dosel o mueble que lo resguardaba, adelantándose en pabellón horizontal y cayendo por detrás a modo de colgadura, en este caso de brocado, es decir, con una tela de seda seguramente entretejida con oro y plata formando dibujos.

Después de que los Cantores cantaron unas coplas, para que Dios pusiese paz en el pueblo cristiano y llegue la destrucción del Turco, moro y Pagano, entraron en la catedral para la oración.

Continuaron después por una de las calles más principales que va ha dar a la plaza y casas del Ayuntamiento. Al pasar por la cárcel, que está de camino, abrieron las puertas, y soltaron todos los presos (salvo los que tenía parte contra sí). En la plaza había mucha dama mirando, muchos doseles de seda de fino paño y brocado. Bajan después por la calle çapateria, actual Moreno Zancudo, llegando a la carnecería, actual confluencia de las calles San Juan, Concepción Arenal, Brocense, Moreno Zancudo y Soto Mancera. Continúan por la calle de la Concepción, actual Concepción Arenal, tuercen por una calle Real, que por entonces la llamaban de chaparro, actual calle de Venegas, para llegar a la plaza de San Andrés, actual plaza de Cervantes, que en aquella época tenía la antigua iglesia de San Andrés en el centro de la plaza, la cual, para esta ocasión estaba también repleta de gente asomada a las ventanas, con ricos tapices, continuando por la calle de la Trinidad para llegar a la puerta del mismo nombre, donde el Cabildo despide debidamente a la comitiva.
Como curiosidad, al parecer, el arroyo Rivillas, no tenía puente, al menos en este sitio, ya que tuvieron que pasar por un vado, para dirigirse hasta Talavera la Real, continuando su viaje a Guadalupe.

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2 comentarios:

Julián García dijo...

Muy buena entrada. En todos los sentidos
Muy guapos ambos y muy razonables y razonados los comentarios en la entrevista.
Me gustó, especialmente, el comentario en el que señalas que si hay diferencias en las interpretaciones sobre los sucesos de Badajoz es por la falta es por falta de estudios en profundidad . Cuando estos lleguen las interpretaciones valorativas tendrán menos peso

Capitán Veneno dijo...

Completamente de acuerdo con el maestro Julián, cuanto nos queda por estudiar en Badajoz...de todo.
Buena entrada, por cierto, en la UBEX publicaron y repartieron un facsímil de las famosísimascoplas del rey Sebastián que citas... y, aunque no entre en el tema, he leido la carta que el gran Duque de Alba, que acompañó a Felipe II en esta entrevista, le escribió al joven rey. Aparece publicada, si no me equivoco en el "Museo Militar" de Francisco Barado, historiador y polígrafo militar nacido en Badajoz en el XIX. En la mencionada misiva le dio consejos acerca del modo de combatir de la morisma, parece ser que el atrevido Sebastián no hizo mucho caso y así acabó.