Cuaderno de bitácora de un viajero a lo pasado de la ciudad que le vio nacer. Pequeñas cápsulas del tiempo, pequeñas curiosidades que voy descubriendo en el papel de los libros y periódicos de aquellos que fueron testigos de otro tiempo, y que con estos artículos vuelven a la luz. Quedan invitados a acompañarme en este viaje.

domingo, 27 de mayo de 2007

Descripción de Badajoz de finales del siglo XVI por Rodrigo Dosma. La muralla medieval pentagonal

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Rodrigo Dosma Delgado (1533-1607), historiador, escritor y canónigo pacense que nos legó una de las obras más citadas de la historiografía pacense: "Discursos Pátrios de la Real Ciudad de Badajoz", publicados en 1601

Empecemos con la descripción que nos da Dosma del Guadiana a su paso por Badajoz:

"Guadiana, llega nueve leguas debajo de Mérida a tocar en Badajoz, asentado sobre la orilla meridional siniestra. Y habiendo de pasar de él para tirar al poniente, es impedida del monte Orinaza; que encuentra á la opuesta banda, el cual le hace declinar la vía y tornar de norte para mediodía enderezándose, hasta descargar lejos 38 leguas en el mar…"

Uno de mis mayores placeres en este viaje al pasado de Badajoz que inicié con mi blog, es él ir encontrando este tipo de vocablos caídos en desuso, como legua, meridional siniestra, poniente, opuesta banda, tornar de norte para mediodía enderezándose…

Cerro de Orinaza, el antiguo Baxarnal de las crónicas árabes, donde pocos años después se alzará el único de los fuertes exteriores que queda en Badajoz, el fuerte de San Cristóbal, magnifico ejemplo de la perfección alcanzada por la arquitectura militar en el siglo XVII. Se levantará durante la Guerra de Restauración de Portugal (1640-1668). Fue la primera obra del "sistema moderno" que comenzó a sustituir la muralla medieval de Badajoz que nos describe Dosma.

"Toma pues, desde la vuelta sobre su orilla siniestra, ya oriental casi á la muralla, que es casi á la ciudad occidental, derecha hasta la torre del Canto, enfrente de la alameda de los Fresnos."

Bueno, vamos a empezar a mirar la composición que he realizado en una de fotografía vía satélite de Badajoz.


He dibujado en rojo la muralla del plano hallado en el Archivo Militar de Estocolmo, datado en 1645, como referencia más antigua que tenemos del entramado urbanístico y murallas de Badajoz. He tomado varios puntos de referencia que existían antes y ahora para hacer el dibujo más o menos aproximado.
Lo primero que me puse a buscar fue esta torre del Canto, que se le llamaba así por hacer esquina de la muralla. Esta disposición de la muralla medieval guarda gran similitud con la que nos va a describir Dosma, exceptuando el tramo que discurría entre esta torre del Canto y la puerta de Santa Marina, que como podemos observar estaba situada en donde ahora tenemos la Biblioteca Pública, desde donde se llegaba casi en línea recta hasta el campo de San Juan, lugar donde esta situada nuestra Catedral.

Me he aventurado a pintar en azul por donde podría ir la muralla tomando como hipótesis que la torre del Canto fuese una torre de gran cuerpo que viene dibujada en el plano de 1645.

"El opuesto lado oriental, que mira a Mérida, con puerta nombrada de ella, tiene el muro derecho, sino es que algo para adentro se ensena, cuyo cabo es otra torre del Canto, enfrente de la ermita de S. Lázaro, puesta allende el entrepuesto arroyo llamado Rivillas; porque en él algo antes á los molinos se juntan algunos rivulos ó riachuelos, como Mañoca, Frada, Valdesevilla, Calamón."

La puerta de Mérida se retranqueo posteriormente más de 100 metros (flecha de puntos) al hacerse el sistema abaluartado moderno a partir de 1680 (en amarillo). Situando por tanto la Puerta de Mérida donde estaba en la época de Dosma, efectivamente entre esta puerta y la torre del Canto se forma una ensenada. Esta obra que se empezó a realizar en 1680 trajo la desaparición de gran parte del antiguo barrio de San Salvador, llamado así por la iglesia que se erigía en su interior, que aproximadamente quedaba en el lugar donde ahora está la puerta de Mérida.

"Corre Rivillas de mediodía para el norte en par del muro, aunque algo declina en cabo, cercando el castillo de la ciudad, yéndose á meter en Guadiana en el campo llano, de la vega de Mérida dicho, bien poblado de huertas y arboleda, que con las crecientes en gran parte se inunda. Solía recoger á este arroyo mas cerca y derecho a Guadiana, cuando se arrimaba más al castillo de la parte del norte, á donde amontonando arena se ha retirado algo, dejando en seco lo mas del año la aceña de este lado puesta ante Orinaza; mas cuando crecida recobra todas sus madres, corresponde mas derecha por lado á la vuelta septentrional del castillo cabeza de la ciudad, y desde Orinaza sigue como siempre su ladera casi occidental Rivillas; por el cual arroyo en avenidas sube también Guadiana haciendo brazo de regolfo hasta los molinos."
Lo de las crecidas del Guadiana, como vemos, viene desde el origen de los tiempos y aun hoy no esta claro que se haya terminado de solucionar.

"Entre las dos torres del Canto van asaz derechos dos lienzos de muro, con arcos y caballeros salidizos torreados sobre cava, á juntarse al medio en ángulo obtuso á la real puerta de Jerez, que dicen ahora de santa Marina, por su ermita que está fuera, donde fue antigua casa de Templarios, después de Agustinos, hasta que fueron acogidos dentro en la parroquia de S. Lorenzo."

A caballero es una expresión que se empleaba antiguamente para denotar que una cosa estaba mas elevada que otra, ó tenía dominación sobre ésta.

Antiguamente se le llamaba cava a los fosos de las murallas

En el plano de 1645 todavía se ven estas torres a semejanza de las torres que tenemos en la alcazaba, separadas de la muralla con un arco.

La parroquia de San Lorenzo estaba donde la actual iglesia de San Agustín.
"Miran estos dos lados, mayormente el que más se acerca a S. Lázaro, al mediodía, y con estos el sitio de la ciudad es pentágono, cuyo quinto lado opuesto al ángulo de la puerta de santa Marina, no es derecho, mas circular, que cerca para el norte el peñasco del castillo, á quien responde otro tal por dentro de la ciudad, distinguiendo del resto de ella al gran castillo redondo, por eso nombrado de la Muela, que abraza todo el cabezo de la roca, de quien procede la cordillera levantada por medio de la ciudad, caminando para el mediodía, hasta el templo catedral del Bautista, la cual abate sus faldas hasta la cerca de los otros cuatro lados."

"Solía estar el foso de la cava hondo y limpio, de modo que se cebaba de Rivillas y paraba en Guadiana á la alameda, y dejaba, como hoy es fácil de poner en efecto, la ciudad en isla, que servía de puente levadizo á la puerta de santa Marina, por lo cual con razón tenía por insignia allende al león, una ciudad de peñas encastillada sobre ondas, casi como el Puerto Gallo, según aparece en el sello del concejo de Badajoz, que con este mismo título tiene cercada la una figura de la una parte y la otra de la otra, puesto pendiente en la donación que de Campomayor y Ugëla hizo esta ciudad á su iglesia Catedral"

Ya hablaremos del escudo de Badajoz



Comentario añadido el día 10 de Junio:

Para poder seguir debatiendo en los comentarios, inserto el plano de 1645 y composición de por donde podrían ir antiguas murallas árabes (en blanco), junto con algunas explicaciones y otra de mis hipótesis de trabajo (en azul).



Añadido el 11 de Junio:

Ampliación del plano de 1645. Zona de la Alcazaba y su medina antigua


Ampliación del plano de 1645. Zona de la Puerta de Santa Marina



Añadido el 12 de Junio:

Ampliación del plano de 1645. Zona de la huerta del Obispo y Hospital de la Cruz


domingo, 20 de mayo de 2007

Noticias de Leonardo Hernández Tolosa. Badajoz 1760-1785. El traslado de las ermitas de las puertas por los disturbios de la inmunidad eclesiástica

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Hoy quiero empezar a comentar algunas de las noticias que el presbítero pacense Leonardo Hernández Tolosa (1723-1785) nos legó en su grueso volumen manuscrito de 300 folios encuadernados en cuero, que tan acertadamente publicó, para alegría de gente como yo, buscador de historias pasadas de nuestra ciudad, la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, con sede en Trujillo, en 1992.

Este libro de noticias había pasado completamente desapercibido en el archivo capitular durante casi dos siglos, hasta que el archivero de la catedral, Pedro Rubio Merino, lo sacó a la luz en 1968.

Esta joya de nuestro pasado es equiparable a la de Rodrigo Dosma o Juan Solano de Figueroa, constituyendo así una trilogía imprescindible para el conocimiento de nuestra historia.

Sería imposible resumir en pocos párrafos la ingente cantidad de noticias que nos relata en estos 25 años de historia religiosa, política y social, donde nos cuenta las nevadas, terremotos y otras inclemencias del tiempo, los ajusticiamientos, obras civiles y religiosas, corridas de toros, rogativas de lluvia, hechos militares, ecos de sociedad y un largo etcétera.

Vamos en esta ocasión a comentar el traslado en 1761 de las ermitas que protegían las puertas de la ciudad, debido a que los conflictos con la inmunidad eclesiástica estaban provocando numerosos disturbios.

En esta época hubo numerosos conflictos en Badajoz con este motivo de la inmunidad eclesiástica, que tenían concedida como privilegio local los templos e iglesias, en virtud de la cual, los delincuentes que a ellas se acogían no eran castigados con pena corporal en determinados casos. El origen de esta inmunidad es de los primeros tiempos de la Iglesia.

La reglas de esta inmunidad se intentaron establecer en el Concordato de 1737, celebrado entre Clemente XII y Felipe V, para mantener la tranquilidad del público e impedir que con la esperanza del asilo se cometan algunos más graves delitos que puedan ocasionar mayores disturbios, estableciendo que la inmunidad local no sufrague en adelante a los salteadores o asesinos de caminos, aún en el caso de un solo y simple insulto, con tal que en aquel acto mismo se oiga muerte o mutilación de miembros en la persona del insultado; igualmente ordenará que el crimen de lesa majestad, que por las constituciones apostólicas está excluido del beneficio del asilo, comprenda también a aquellos que maquinaren o trazaren conspiraciones dirigidas a privar a S. M. de sus dominios en el todo o en parte. Y finalmente, para impedir en cuanto sea posible la frecuencia de los homicidios y que habiéndose en algunas partes introducido la práctica de que los reos aprehendidos fuera del lugar sagrado aleguen inmunidad y pretenden ser restituidos a la Iglesia por el título de haber sido extraídos de ella o de los lugares inmunes en cualquiera tiempo, huyendo de este modo el castigo debido a sus delitos, cuya práctica se llama comúnmente con el nombre de iglesias frías, declarará Su Santidad que en estos casos no gocen de inmunidad los reos.

De todas maneras, no se terminaron los problemas. En 1761, según nos cuenta Leonardo, "mandó el Rey se extrajese la imagen de Nuestra Señora del Pilar de la capilla que se hallaba encima de la puerta de este nombre en la ciudad, para quitar disturbios de inmunidad eclesiástica, y en la noche del día 8 de julio la llevaron con el culto debido a la iglesia parroquial de San Andrés, donde se determinó colocarla, por estar en territorio de aquella parroquia". La que se llamó nueva Puerta de Jerez (por el camino que se abría frente a ella) o Santa Marina (por la anterior puerta en la muralla medieval, llamada así porque en sus proximidades estaba este convento templario, desaparecido tras el sitio de 1658) se terminó de construir en 1692, fecha en la cual el Conde de Montijo mandó colocar la Virgen del Pilar, que fue trasladada procesionalmente desde la Catedral, quedando así esta puerta bajo su advocación.
Según una venerable y antiquísima tradición, la Virgen María, cuando todavía moraba en Jerusalén antes de su gloriosa Asunción a los cielos, vino a Zaragoza a consolar y animar al Apóstol Santiago. Este se encontraba, con los primeros convertidos, a las orillas del río Ebro, predicando el Evangelio, que decidió su retorno ante el fracaso de su proselitismo entre los paganos. Levantada sobre una columna, que se dice es la que hoy sustenta la talla de la Virgen, ésta pidió al apóstol la erección de un templo por el que se concederían diversas gracias, asegurando su permanencia hasta el fin del mundo.

En el mes de agosto se extrajeron por la misma razón, el resto de las Imágenes de las puertas de la ciudad, "en donde se les daba el debido culto, colocando a Nuestra Señora de los Ángeles (que estaba en Puerta de Palmas) en el Hospital de la Cruz", situado desde 1526 en las inmediaciones de la actual Plaza de los Reyes Católicos y Puerta de Palmas, en el antiguo barrio de San Nicolás. Este hospital se erigió utilizando los restos de la Ermita de San Nicolás y de un antiguo convento de Santa Ana entonces existentes en sus cercanías. El origen de esta capilla en la cara interior de nuestra Puerta de Palmas está en la época del alarife Gaspar Méndez entre 1531 y 1560, ya que su firma figura en esta capilla. El aspecto actual se debe a la remodelación de 1960 del arquitecto municipal Francisco Vaca Morales.

"La del Pajarito que se hallaba en esta puerta, pasó a la parroquial iglesia de Santa María". También nos cuenta Leonardo, que esta puerta fue cerrada en 1765, quedando ella como desaguadero de la ciudad, debido a que ya no era necesaria, al acabarse a principios de junio la "nueva" puerta del río, a las espaldas del Hospicio. También por este motivo se cerró la puerta de Pelambres, que al igual que la del Pajarito se cerró con puerta de reja para desaguadero de la ciudad, quedando como única puerta la "Nueva". Hasta este momento se le llamaba "Nueva" a la actual "Puerta de Palmas", que desde entonces se le llama así. No es por liar más al personal, pero a esta puerta "Nueva" de 1765 que fue derribada en 1962 se le llamó posteriormente "Puerta de Carros", el mismo nombre que tenía la puerta de acceso a la Alcazaba.

Finalmente nos cuenta Leonardo que la de Tentudía, (que estaba en la Puerta de Mérida) "se llevó a la iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Concepción".

Vamos a aprovechar también para contar de donde viene el nombre de Virgen de Tentudía, para los que aún no hallan podido visitar su Monasterio:

Cuenta la tradición que en tiempos de la reconquista, al intentar los cristianos pasar por Calera de León para dirigirse a Sevilla, le impidieron el paso los sarracenos. La batalla estaba servida. Las huestes cristianas estaban ganando terreno, pero el día llegaba a su fin y la noche detendría el combate. El capitán de los cristianos Pelay Pérez Correa, como no quería perder la ventaja que había cobrado, puso rodilla en tierra implorando la ayuda de la Santísima Virgen ante las palabras "Santa María, detén tu día". Sus palabras fueron escuchadas y el sol se paró en el horizonte, hasta que los cristianos obtuvieron la victoria. Como agradecimiento a la Virgen, el capitán ordenó construir un monasterio que venerase a la madre de Dios y que posteriormente ha sido conocido como el Monasterio de Santa María de Tentudía, como recuerdo de las palabras que obrasen el milagro.

Ya seguiremos contando mas noticias de Don Leonardo...

sábado, 12 de mayo de 2007

Vacas blancas y un cardenal. Joseph Baretti en Badajoz. 1760

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En 1760 el turinés, aunque largamente afincado en Inglaterra, Joseph o Guiseppe Baretti (1716-1789) realizó un viaje por España rumbo a Italia, donde iba a visitar a unos familiares, escribiendo sus experiencias y observaciones en forma de Carta/Diario que dedicó a sus hermanos.

Vamos a ver la carta XXXVIII que escribió el 22 de septiembre de 1760, donde habla de su estancia en Badajoz y que se publicó en el II volumen de "Un viaje desde Londres a Génova a través de Inglaterra, Portugal, España y Francia" impreso en Londres en 1770.

Ya en la carta que precede a su entrada a Badajoz, describe el encuentro que tuvo en una posada con 4 mujeres pacenses, que habían llegado para la Feria de San Mateo de Elvas (que aún se sigue celebrando cada día 21 de septiembre), confesando que no hay posibilidad de transmitir al lector, una idea exacta de la alegría, ligereza y elasticidad de aquellas mujeres bailando un Fandango, haciendo revolotear sus vestidos de colores chillones. Como cosa a destacar también, era que para ir a misa, además de las mantillas se ponían "velos blancos" y no negros. Veamos que nos cuenta de su breve estancia en Badajoz:

"Badajoz, antiguamente llamada Pax Augusta, es una ciudad fortificada levantada sobre una pequeña eminencia a una legua aproximadamente de Caya. Entramos en ella por un puente de piedra sobre el río Guadiana. Este puente es uno de los más largos u magníficos que he visto hasta ahora. Si fuese un poco más ancho haría honor al mismo Támesis. Es el lugar favorito de los -Badajozians- para sus paseos vespertinos."

Habrá que hablar en alguna ocasión, más despacio, del porque se consideró a Badajoz erróneamente Pax Augusta, pero se nos lleva considerando pacenses tantos siglos, que ya nos pertenece en propiedad este gentilicio, aunque solo sea porque se nos lleva llamando así más tiempo que a los que alguna vez vivieran en esa villa romana de Pax Augusta. Lo que sí está claro es que somos Badajocenses, aunque nos llamase Baretti Badajozians.

"Me encantó ver al llegar al Guadiana, en la orilla opuesta a la ciudad, una gran punta de vacas lecheras blancas. Su número ascendería a no menos de 500 […]"

Alegría le dio al ver vacas blancas y resultarles familiares, debió ver a nuestra casi extinguida raza autóctona "blanca cacereña" o de raza extremeña. Existen teorías que dicen que los romanos pudieron traer a España la raza procedente de la actual Italia, ya que existen documentos que citan los sacrificios de terneros blancos durante las fiestas de honor al dios Júpiter.

Con posterioridad se cree que en el siglo XVI, el tercer duque de Alba, quien pasó largas temporadas de su vida en el Palacio de Abadía situado al noroeste de la provincia de Cáceres, después de haber sido virrey de Nápoles trajo animales de capa blanca, procedentes de Italia.
De una forma u otra, es un hecho cierto que esta raza ha estado enclavada durante siglos en Extremadura, lo que ha permitido su plena adaptación conservándose como una población singular. La Unión Europea la clasifica como raza en peligro de extinción por ser la única raza de ganado vacuno autóctona de Extremadura. Hace unos años solo quedaban poco más de la centena y en la actualidad después de un loable esfuerzo de recuperación se deben de haber superado ya el medio millar de ejemplares.

"En el extremo norte del puente de Badajoz hay una portilla flanqueada por dos torres redondas de piedra o mazmorras. Detrás de ellas fui bienvenido a España por dos individuos, que a primera vista los hubiese tomado por dos jesuitas, ya que iban cubiertos con capas negras que llegaban hasta el suelo, y sombreros de ala ancha sobre sus cabezas. Pero por sus órdenes me hicieron darme cuenta que eran aduaneros. Me pidieron que ordenases a los -Calleseros- llevar el coche hasta la Aduana, donde mis baúles fueron abiertos y registrados, aunque no de la manera salvaje que es práctica usual en Inglaterra […]"

"La posada de Santa Lucía, donde me apeé, no es mucho mejor que un -Estallage- portugués. Sin embargo, sus paredes son resistentes, el tejado no cruje y el suelo está pavimentado con piedrecillas, como una calle. Aquí, como en Portugal, las ventanas no tienen cristales, solo contraventanas, que excluyen la luz, si al mismo tiempo se trata de evitar la lluvia, el viento o el frío. No hay cajones, ni armarios, ni espejos. Aquí, digo Batiste, tales piezas de mobiliario no están -a la mode comme en France-, aquí las sillas se bambolean y las mesas están grasientas, exactamente igual que en los -Estallages-. Pero las -camas altas- son algo que aquéllos no tienen, y como dijo el Señor Posadero, vamos a ser los mejores amigos del mundo, si decido fijar mi residencia en Badajoz"

Batiste era su criado, y se alegraba de poder dormir en una cama alta rellena de lana, con sabanas limpias cada noche, y no en el suelo sobre esteras y paja, como había dormido en Portugal.

"Este Posadero, toca la guitarra mejor que cualquier otra persona que yo haya oído, y su sociabilidad es equivalente a su habilidad en la música. El quería tocar mientras me afeitaba -para desenfadar a Usted-, me dijo; algo así como para divertirme un rato. ¿Podría llevar su cortesía más lejos.?"

"Nada más llegar a la Posada había mandado a Batiste con una nota para el cardenal Acciaioli, informando a su Eminencia de mi llegada, y pidiéndole permiso para ser admitido -al bacio della sacra porpora-, y ofrecerlo mis servicios por Italia"

El ser admitido al beso de la púrpura sagrada es el ceremonial del besamano o besamanto.

Portugal había expulsado al Nuncio Papal, rompiendo las relaciones diplomáticas con la Santa Sede durante 9 años (1760-69). El problema había sido originado por la presencia de los Jesuitas en Portugal. La mayoría habían sido expulsados en 1759 de Portugal por la sospecha de que habían tomado parte en un atentado contra el Rey o por su oposición al gobernador Marqués de Pombal, que a partir de entonces intentó unir sus fuerzas con España y Francia para obligar al Papa Clemente XIII a extinguir la Compañía de Jesús. En Francia se les expulsarían en 1764, en España en 1773 y se llegó a considerar extinguida en 1773.

Leonardo Hernández Tolosa nos cuenta en su libro de Noticias que el Nuncio de Portugal, el Cardenal Aciachiolli, entra en Badajoz tres meses antes, desterrado, "trayendo hasta la Raya 50 caballos de custodia; fuese a apear a la posada o mesón de la Soledad". En cuanto a las causas, solo sabe que "habiendo casado el hermano del Rey de Portugal con una hija suya, mandó iluminar la Corte por tres días, y no lo efectuó el Nuncio, por cuyo motivo al día siguiente encontró todo su palacio cercado"

Se le ofreció en Badajoz el palacio episcopal y "los Caudales del Cabildo", el cual rehusó para no ser una carga, aceptando alojarse en una casa de la calle del Granado, abandonando nuestra ciudad a los cuatro meses de su llegada.

Baretti se encontró en Badajoz con un amigo médico milanés y juntos fueron a ver al cardenal.

"Con su Eminencia hay un joven -Monsignore-, su sobrino, y algunos otros caballeros italianos, todos sinceramente cansados de su larga estancia aquí y deseándola cambiarla por Roma. Badajoz, dicen, no es una residencia muy cardenalicia. Exceptuando el Gobernador, Conde de la Roca, y dos o tres oficiales de la guarnición, que han visto mundo, no hay gente preparada para conversar. Los -Badajozians- que probablemente nunca vieron un Cardenal dentro de los muros desde que éstos fueron construidos, sienten por su Eminencia una especie de respeto, que llega hasta la adoración, o la idolatría, como él mismo lo denomina, y que él devuelve con innumerables bendiciones por cualquier parte que vaya."

Durante cinco horas pudieron conversar, y al día siguiente siguió si viaje, "con el corazón lleno de la mas sincera tristeza", pero no por dejar a Badajoz, sino por el recuerdo de nuestra paisana Paolita, una de las mujeres que conoció en Elvas y de la que no podía sacarla de sus pensamientos.

sábado, 5 de mayo de 2007

La abominable fiera nunca vista. 1760

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Quiero en esta entrada permitirme la licencia de hacerme eco de una de las noticias que anotó el presbítero pacense Don Leonardo Hernández Tolosa en 1760, en su Libro de Noticias.

Leyendo esta maravillosa fuente de noticias de finales del siglo XVIII, del cual ya realizaré una entrada, me llamó mucho la atención este dibujo de la "Abominable fiera nunca vista" y la traducción que realizó de un impreso de la ciudad de Lisboa que llegó a Badajoz en octubre de 1760 sobre los formidables estragos que en las cercanías de la villa de Chaves en el norte del Reino de Portugal, multiplicaba aquel aparecido monstruo, lo cual, debió ser bastante comentado en la ciudad.

Por casualidades de la vida, coincidió con el día que visioné el programa de "Cuarto milenio" que Iker Jiménez conduce en la cadena Cuatro los domingos, donde uno de los temas centrales fue la Bestia de Gévaudan, a la cual se le atribuye la muerte de más de 130 campesinos, en su mayoría mujeres y niños, que fueron encontrados despedazados por los dientes de algún animal.

La mayor parte de los ataques se registraron en los alrededores del departamento francés de Aveyron. El primero de ellos se produjo el 30 de junio de 1764, día en que asesinó a Jeane Boullet, de 14 años. En los tres meses siguientes, la Bestia atacó y mató salvajemente a 2 niñas, 2 niños y una mujer.


Describían al animal como una bestia gigantesca de pelo rojizo con un tamaño mucho mayor que el de un lobo, con rayas negras en los cuartos traseros y una cresta de pelos largos sobre el lomo. La cola era larga y musculosa, y las mandíbulas, bien desarrolladas y llenas de dientes enormes. Los rastreadores y cazadores que acudieron al lugar atraídos por las recompensas ofrecidas para quien capturase al monstruo, encontraron huellas de tamaño considerable y le calcularon un peso de unos 100 kilos.

Durante meses se mataron grandes cantidades de lobos en la zona, pero la bestia era increíblemente escurridiza. Llegó a mencionarse que las balas rebotaban sobre su lomo y los aterrorizados campesinos opinaban que era el mismo Demonio venido de los Infiernos. Pronto llegó a considerarse un problema nacional, y el propio rey Luis XV envió un cuerpo de dragones de caballería para abatirla, sin resultados, al que posteriormente se unirían otros tres. Para entonces el año de 1764 había acabado y las víctimas ya eran 54.

Según el testimonio de uno de los capitanes de los dragones, logró ver cara a cara a la Bestia antes de que ésta consiguiese huir. Era tan grande como su propio caballo, pero pronto lo dejó atrás con facilidad, pues lo superaba ampliamente en velocidad y agilidad. Mientras huía, él y los hombres que le acompañaban descargaron varias decenas disparos contra ella que ni siquiera parecieron atravesar su piel.

El asunto de la Bestia de Gévaudan traspasó fronteras y llegó a considerarse un problema serio para el gobierno de Luis XV, entonces recién salido de la Guerra de los Siete Años. Las potencias extranjeras comentaban jocosas cómo el ejército francés podía pensar siquiera en la victoria si sus mejores tropas no eran capaces de capturar un "simple" lobo en mitad de su propio país.

Se llegó a poner en el punto de mira a un noble que había estado en África y criaba en los jardines de su palacio hienas, tigres, leones y perros de presa, acusándolo de cruzar los animales hasta dar con una bestia asesina e indestructible.

Fuese ella o no, lo cierto es que en 1767, con más de 130 muertes en la región, un campesino armado abatió en Gévaudan un lobo descomunal, más grande que cualquiera de los que se podían encontrar en Francia. Poco después se mató una loba también de gran tamaño. La leyenda cuenta que los responsables de las capturas emplearon balas de plata hechas tras fundir medallas de la Virgen María, algo que ha pasado posteriormente al imaginario colectivo como la única forma de matar un hombre-lobo. Al menos uno de los ejemplares fue llevado a París, donde llegó en un estado de putrefacción muy avanzado, lo que impidió disecarlo. Su esqueleto fue expuesto en el Museo Real de la ciudad hasta su destrucción en un incendio. A pesar de que el esqueleto se ha perdido, las descripciones parecen indicar que se trataba de una gran subespecie de lobo de los Alpes, extinta en el siglo XIX. La falta de animales grandes que estos lobos encontraron en su nuevo hogar les habrían impulsado a alimentarse de los humanos, fáciles de capturar y matar.

Paso a resumir la noticia que Don Leonardo Hernández Tolosa nos dejó en su manuscrito de noticias en 1760, que verdaderamente tiene un parecido asombroso a la bestia que apareció en Francia cuatro años más tarde:

" […] Numerosas fueron las víctimas, principalmente en niños y mujeres, de sus presas, dicen ha de pasar a destrucción, cuya lamentable noticia traspasa los corazones tiernos de aquel país.
[…] en los pueblos no se oía más que clamor y alarido; en los caminantes sólo se percibía miedo […] Estos vejámenes y opresiones sintieron afligidos aquellos provincianos, y no pudiendo tolerar tan sensible daño en sus cercanías, llenos de ira y revestidos de un brioso furor, procuraron a fuerza de armas rebatir los bravos y arrogantes ímpetus de aquella cruelísima fiera […]"

Pero después de muchos intentos de dar caza a esta bestia, que siempre burlaba los cercos, por su nunca vista ligereza, cuyo paso "pasaba de distancia de diez pasos ordinarios", escondiéndose en los enmarañados bosques y altas matas, se juntaron un escuadrón de 200 hombres con una Compañía de Caballería del Regimiento de Chaves, bien montada y pertrechada.

"Dos días fueron caminando por matas y sierras, cuando en el tercero la vieron de lejos"

Volvieron a cercarla, pero volvió a desaparecer y hasta quince días después no volvieron a divisarla, y entonces les entraron las dudas de cómo poder darle caza, hasta que un experto mancebo les convenció que el mejor modo era la astucia y el engaño.

Esto les dice el intrépido mancebo:

"Que pues la fiera se ocultaba debajo de los árboles, tal vez vendría poco a poco paseándose por bajo de éstos, que el iría solamente con 12 hombres bien armados, y el chiquillo a aquel combate, quedando la demás tropa emboscada, y al son de los tiros que tirasen, irían a perseguir la dicha fiera; que el se determinaba subir en un árbol bien grande, y que danzando con una cuerda el muchacho atado por la cintura y estando los 12 combatientes emboscados al pie, apenas la fiera viese al muchacho, vendría a hacer de él la presa, y que subiendo con la cuerda, quedaría burlada y al mismo tiempo disparasen todos juntos la carga cerrada y de esta suerte le quitarán la vida"

Se puso este plan en marcha, consiguiendo de esta manera poder herir a la fiera, que bramiendo con ardor intenso intentó huir por una sierra alta, pero los caballos ligeros de la emboscada escolta asegundaron con otra mayor descarga, haciéndole exhalar su último aliento.

En una carreta consiguieron llevarlo a Chaves. Se mandó pesar, llegando a las diez arrobas. Ahora en aquellos pueblos todo era fiesta y alegría.

Así se describió a la fiera:

"Tiene de cumplimiento siete palmos, es de estatura de un caballo; piernas y brazos delgados, uñas grandes; todo el cabello erizado, al modo de jabalí; por la barriga es blanco,, por el cuerpo es arrayado; la cabeza el modo de gato grande bravo con mucha barba; los ojos grandes y ovados; los pechos muy largos; el rabo muy cumplido pero delgado; la piel muy gruesa; era muy forzoso, ligero y bravo y voraz, principalmente de muchachos, a todos asaltaba cuantos topaba, excepto en viendo multitud de gente que gritaba."

Asombroso parecido la de estas dos historias, en Francia, la historia del la Bestia de Gévaudan es un verdadero reclamo turístico a semejanza del mounstruo del lago Ness escoces.

¿Habrá que rescatar nuestra leyenda local de la legendaria Tarasca, el monstruo que acechaba el paso de los viajeros incautos, para atraparlos y ahogarlos en alguna fuente cercana?