Cuaderno de bitácora de un viajero a lo pasado de la ciudad que le vio nacer. Pequeñas cápsulas del tiempo, pequeñas curiosidades que voy descubriendo en el papel de los libros y periódicos de aquellos que fueron testigos de otro tiempo, y que con estos artículos vuelven a la luz. Quedan invitados a acompañarme en este viaje.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Monedas y señores de Badajoz durante las segundas taifas. Ibn Ali ibn al-Hayyam (Hadjam) (1147-1158). 3ª parte


Quirate ceca Badajoz



Como vimos en la entrada anterior, en el verano de 1146, los almohades habían conseguido someter a los señores del Gharb al-Andalus. Parecía que todo pintaba bien para los almohades, pero la sublevación de Massati en África provoca una reacción en cadena en el Magreb contra los almohades, y hace que al califa Abd al-Mu´min sólo le queden bajo su control dos capitales como eran Fez y Marrakech, y las seis cabilas que formaban el primer núcleo almohade.

Esta debilidad almohade provoca a su vez, que éstos pierdan los apoyos conseguidos en al-Andalus con la misma facilidad que los consiguieron, y que perdieran el control de las ciudades anteriormente sometidas excepto Jerez.

Ibn Qasi se alza en Silves, y en Badajoz se proclama independiente Muhammad ibn Ali ibn al-Hayyam.

A esto, le sumamos que Almería es tomada por fuerzas cristianas comandadas por Alfonso VII en octubre de 1147, mientras Alfonso Enríquez, tras conquistar Santarém en marzo, tomaba Lisboa también en octubre (tras asediarla con ayuda de los cruzados, que habían hecho una parada en su viaje a Tierra Santa en lo que sería la 2ª Cruzada).

Los almohades concentran sus esfuerzos en África. Abd al-Mu´min recluta un grandioso ejército con los más fieles almohades de la primera hora, reforzándolo con arqueros y mercenarios cristianos, para recobrar el control del Magreb sublevado.

En el año 543 de la hégira (Entre el 22 de mayo de 1148 y el 12 de mayo de 1149) ibn al-Hayyam acuña en Badajoz dinares de oro, en la que no reconocía a los almohades africanos, sino al califato abasí de oriente.

También se le atribuye a ibn al-Hayyam el quirate anónimo con ceca Badajoz con el que abrimos esta serie de entradas referentes a las monedas y señores de Badajoz durante las segundas taifas:

 
Además de estos dos quirates también con ceca Badajoz:
 
 


 Y este quirate y ½ quirate con ceca Sharish (Jerez):

 

Mientras el califa almohade Abd al-Mu´min controlaba de nuevo la situación en el Magreb, enviaba otro ejército hacia al-Andalus que llega a Sevilla en 1149, y los reinos de Taifas del Oeste peninsular se apresuraron a rendir de nuevo pleitesía a los almohades. Al-Hayyam desde Badajoz envía ricos presentes.

En abril de 1151, el Califa almohade da audiencia a los “rebeldes” de al-Andalus que se habían vuelto a someter y pedían el aman o perdón. Entre ellos estaba al-Hayyam, señor de Badajoz, Sidray ibn Wazir, en estos momentos señor de Beja y Évora, al-Bitruyi, señor de Niebla, Ibn Azzun, señor de Jerez y Ronda, y Amil Ibn Munib, señor de Tavira. El único que no acudió fue al-Qasi, señor de Silves, que prefirió aliarse con el rey de Portugal, cosa que le costará poco después la vida a manos de sus propios súbditos.

Silves será conquistada por Ibn Wazir para los almohades. Testimonio de este dominio, lo atestigua los quirates acuñados en Silves con los títulos de Ibn Tumart (al-imam Abd Allah) e Abd al-Mumin (amir al-muminin), asociados al nombre de Ibn Wazir.

El rey portugués, Alfonso Enríquez, en 1154 raziaba intensamente los dominios de Sidray ibn Wazir de Évora y Beja, pidiendo éste ayuda al califa almohade. También Alfonso VII ocupaba fortalezas en Los Pedroches, al Norte de Córdoba. El califa Abd al-Mu´min nombra nuevos gobernadores en Córdoba y Sevilla para frenar a los cristianos. Primero recuperan las fortalezas ocupadas por Alfonso VII y después, Abi Hafs, desde Sevilla se dirige a Badajoz con un numeroso ejército. En Badajoz se le une Ibn Hayyam con sus soldados y se dirigen juntos contra Alfonso Enríquez.

Yusuf, hijo de Abd al-Mu´min y futuro califa, pasa a ser el gobernador de Sevilla en 1156. En 1157 conquistan los almohades Almería a los cristianos, a pesar de la ayuda a Alfonso VII de su vasallo Ibn Mardanis (el famoso rey Lobo), señor de Valencia y Murcia. Alfonso VII muere este año de regreso a Toledo, dividiéndose su imperio entre sus dos hijos, quedando León para Fernando II (1157-1188) y Castilla para Sancho III (1157-1158).

En 1157 Abd al-Mu´min sustituye a Sidray Ibn Wazir por gente de más confianza de los almohades.

En 1158 las milicias de Ávila y fuerzas cristianas que habían luchado en el Levante, se internan en terrenos de Sevilla y ponen en aprietos a Yusuf. Acuden en su auxilio muchos de los señores de Occidente, pero los musulmanes son derrotados cerca de Sevilla, muriendo entre otros muchos, Ibn Azzun, señor de Jerez, y al-Hayyam, señor de Badajoz.

Alfonso Enríquez rinde Alcacer do Sal en junio de 1158, abriéndose paso así camino para una futura conquista de Beja y Évora, que se produjo al año siguiente, en 1159, aunque Beja fue abandonada poco después.

La situación de al-Andalus es muy delicada para los almohades, ya que el califa almohade Abd al-Mu´min está concentrado en la conquista de Ifriqiya (Túnez). Ibn Mardanis, señor de Valencia y Murcia, y su suegro Ibn Hamusk, aliados con los cristianos, van a traer de cabeza a los almohades en estos años. En 1159 conquistan Jaén, Úbeda y Baeza, poniendo cerco a Córdoba.

El gobernador de Córdoba recurre al ardid de falsificar una carta de Sidray ibn Wazir dirigida a Ibn Mardanis en la que le decía que dejara el cerco de Córdoba y se dirigiera a Sevilla ya que él le garantizaba la entrada en ella. Ibn Mardanis, engañado levanta el cerco y se planta cerca de Sevilla.

Enterados en Sevilla por un espía de la supuesta carta de Ibn Wazir, hacen detener a éste, siendo encarcelado. Ibn Mardanis levanta el cerco a los tres días en vista que no era verdad que pudiera entrar en Sevilla.

Una vez controlada Ifriqiya, el califa pasa a Gibraltar en noviembre de 1160, lugar que establece como su centro de operaciones. Tanto Córdoba como Sevilla estaban en dificultades y Granada insegura.

Yusuf, gobernador de Sevilla, después de regresar de ver a su padre en Gibraltar en enero de 1161, sitia Carmona, en poder de seguidores de Ibn Mardanis.

No sabemos en qué situación queda Badajoz tras la muerte de al-Hayyam en 1158, pero sabemos por la lápida sepulcral encontrada en 1873 en el cuartel de la Bomba de Badajoz, en recuerdo del alfaquí que "murió mártir en la parte oriental de la aljama de Badajoz, cuando le sorprendió el enemigo” el 30 de marzo de 1161, que la situación no debía de ser muy buena.


 De hecho, como ya vimos cuando escribimos sobre las lápidas sepulcrales musulmanas de Badajoz, realmente no será hasta 1170 cuando conseguirán los almohades controlar al-Andalus.

En este año de 1161 se debió producir una contraofensiva almohade, donde recuperan las localidades al Sur del Tajo, donde encajaría la crónica de Ibn Abi Zar (Rawd al-quirtas), que recordamos dice que una expedición militar se dirigió contra el Oeste del al-Andalus, y en el curso de ella los almohades tomaron la fortaleza de Atrankish (no está identificada con seguridad), derrotando al ejército que acudió en su ayuda, y tomaron Badajoz, Beja, Évora y el castillo del Alcácer do Sal, y la crónica anónima “al-Hulal al-Mawsiyya” dice que durante la estancia del califa en Gibraltar (diciembre de 1160 - enero de 1161), el califa envió a 18.000 caballos contra el enemigo a la zona de Badajoz.

Y aquí no volvemos a quedar, aunque ya volveremos a seguir hablando de Sidray ibn Wazir relacionado con el intento de la ocupación portuguesa de Badajoz de 1169…