Cuaderno de bitácora de un viajero a lo pasado de la ciudad que le vio nacer. Pequeñas cápsulas del tiempo, pequeñas curiosidades que voy descubriendo en el papel de los libros y periódicos de aquellos que fueron testigos de otro tiempo, y que con estos artículos vuelven a la luz. Quedan invitados a acompañarme en este viaje.

domingo, 24 de marzo de 2013

Las prácticas de Aerostación de 1914



Globo cometa tipo Parseval-Siegsfeld

Embobados estuvieron durante casi todo el octubre de 1914 la población de Badajoz, viendo maniobrar a aquellos artefactos que parecían flotar milagrosamente en el aire.

Se discutía por la forma de uno de ellos. Unos decían que parecía una salchicha y otros una larva alargada.

Estas prácticas de Aerostación de 1914 nos dejaron la magnífica serie de fotografías aéreas que tanto nos fascinan a los amantes de lo pasado.

Como curiosidad, podemos decir que fue el Arma de Ingenieros la pionera de la Aviación militar en España, y los que crearon el Servicio de Aerostación. Hasta que no se fundó oficialmente en octubre de 1.939 el Ejército del Aire, todos los aparatos hasta ese momento (globos, aviones, hidroaviones, autogiros) fueron pilotados por miembros de Ingenieros y de las demás Armas del Ejército de Tierra e incluso algunos de la Marina de Guerra.

Pedro Vives Vich
Cuando el  Ministerio de la Guerra se dio cuenta en 1884 de la utilidad de los globos aerostáticos en las tareas militares de observación, se creó el Servicio de Aerostación Militar, dependiente de la Cuarta Compañía del Batallón de Telégrafos del Cuerpo de Ingenieros.

Posteriormente, en 1896, pasó a ser un órgano independiente bajo el mando del Comandante Pedro Vives Vich, y fijó su sede en Guadalajara, donde estaba instalada la Academia de Ingenieros Militares.

En 1889, llegaba a España el primer tren aerostático comprado en Francia por el constructor de globos Gabriel Yon, y en 1900 llegaron los globos esféricos Marte y Venus.

Los globos esféricos tenían el problema de que cuando estaban sujetos a tierra con un cable y el viento alcanza cierta velocidad, la barquilla da bandazos tan fuertes que hace imposible la tarea de observación para los tripulantes. Se decide adoptar el globo de observación alemán, el cometa llamado Parseval-Siegsfeld, en honor de sus autores, el bávaro Parseval y el prusiano Siegsfeld.

Este tipo de globo, que algunos lo bautizaron como “salchicha” por la forma cilíndrica y alargada que tenía, fue adoptado por casi todos los países europeos hasta la Gran Guerra de 1.914-1.918.

Este tipo de globo mantiene su forma cilíndrica gracias a un balonet o cámara interior de aire, que tenía una entrada abierta al viento, esta cámara mantenía la presión interior, y por lo tanto aumentaba a medida que la presión interior del gas era menor. Para la orientación del globo, llevaba a popa un timón de tela, lleno de aire y una cola, formada por varios pequeños paracaídas invertidos.

Los primeros globos cometa Parseval fueron bautizados como Reina Victoria y Alfonso XIII, tras la visita del monarca a la ciudad en 1904.

La escuela práctica de Aerostación se encargada de instruir a los oficiales de las distintas armas y cuerpos que deseen adquirir el título de piloto, y decidió realizar en octubre de 1914 prácticas en la plaza fuerte de Badajoz, que por aquellos entonces contaba con dos regimientos de Infantería, el Castilla y el Gravelinas y un regimiento de Caballería, el de Villarrobledo, además de fuerzas de Ingenieros.

La unidad que iba a realizar las prácticas estaba compuesta por 140 hombres entre clases e individuos de tropa, mandados por un capitán y tres primeros tenientes. El ganado lo componen 70 mulas y 17 caballos.

Durante las semanas que van a pasar en Badajoz, se dedicarán a realizar prácticas de orientación, apreciación de distancias, croquis y fotografías, y otras observaciones en combinación con las tropas de la plaza.

Los sábados se tenía previsto efectuar las ascensiones de aparatos libres.

Salieron el 30 de septiembre del Parque aerostático de Guadalajara en tren militar hasta Cáceres, y desde aquí se dirigieron por jornadas ordinarias a Alcuéscar, Mérida, Lobón y Badajoz, a donde llegaron el día 6 de octubre por la tarde.

El anuncio de la llegada de estos intrépidos militares despertó gran interés, siendo las calles alegradas por las notas marciales de las músicas de la guarnición que salieron a su encuentro.

A las 3 de la tarde salió de la ciudad hacia la carretera de Madrid un escuadrón de caballería de Villarrobledo, un batallón del regimiento de Gravelinas y dos compañías del de Castilla, al mando del general de Brigada Vicente Ambel Cárdenas, saliendo más tarde el gobernador de la plaza el general Francisco Villalón.

A las 5 de la tarde se encontraron con saludos de ordenanza, y después de desfilar ante el General gobernador, se continuó todos juntos hacia Badajoz.

Numerosos carruajes también salieron a la carretera para recibir a los huéspedes, así como gran número de personas a caballo, en bicicleta y a pie.

Por puerta Trinidad hacían entrada la comitiva, en la que se podían contar 17 carros que transportaban el material de globos y los tubos de hidrógeno comprimido, que luego recorrió nuestras calles, desfilando nuevamente ante el General gobernador y su Estado Mayor, apostados en el campo de San Juan, esquina a la calle Moreno Nieto, para continuar luego hasta los respectivos cuarteles de cada regimiento.

Las calles estaban invadidas por un gentío enorme, ovacionando a los recién llegados, a cuyo frente viene el ilustre coronel Pedro Vives Vich, junto con el comandante jefe de la Escuela Práctica, Antonio Cué Blanco, los capitanes Ramón Gautier Atienza y Emilio Jiménez Millas y los tenientes García, López Tienda y Almazán.

Como oficiales agregados, y aspirantes a pilotos o pilotos en prácticas, vienen los capitanes de ingenieros Zorrilla, Fernández Mulero y Salvador Pruneda, el de infantería Társilo de Ugarte, el teniente de artillería Seoane y el de ingenieros Yandiola.

Los oficiales se albergan en diferentes hoteles y la tropa en el cuartel de Villarrobledo, en lo que fue el cuartel de la Bomba, en el desaparecido baluarte de San Juan.
 
El sitio elegido para el amarre de los globos es el foso del frente de ataque del fuerte de Pardaleras, donde actualmente se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo MEIAC.

Se han traído para las prácticas dos globos cautivos, los llamados “Alfonso XIII” y “Capitán Gordejuela”, y el globo libre “Neptuno”.

El globo cometa “Alfonso XIII”, de 700 metros cúbicos, fue construido con un coste de 9.000 pesetas en el Parque de Guadalajara, tomando como modelo otro globo cometa tipo Parseval comprado en Alemania por 26.000 pesetas al constructor de globos August Riedinger. Como ya hemos dicho este globo cometa fue bautizado junto con el comprado en Alemania (Reina Victoria) con sus nombres reales en la visita de Alfonso XIII al Parque de Aerostación en marzo de 1904. El cometa Alfonso XIII estuvo en la campaña de melilla de 1909. También en octubre de 1913 parte hacia Tetuán al mando del capitán Emilio Jiménez Millas, teniendo una gran actuación, permaneciendo en el territorio hasta febrero de 1914. Quedará reducido a cenizas en un accidente producido el 10 de agosto de 1915 en Guadalajara en la operación de cargar el gas.

El globo cometa de 750 metros cúbicos “Capitán Gordejuela” fue bautizado en septiembre de 1912 con este nombre en memoria del malogrado capitán de ingenieros Antonio Gordejuela Causillas, discípulo de Vives, al que ayudó en la organización y desarrollo del Servicio Aerostático militar, y mandó la unidad en la campaña de Melilla en 1909, falleciendo en enero de 1912 a consecuencia de una pulmonía causada por la exposición prolongada a la corriente de la mezcla gaseosa en el interior de la envuelta, mientras observaba los desgarros y pérdidas al realizarse el inicio del inflado con el hidrógeno de los aeróstatos.

El globo libre “Neptuno”, de 900 metros cúbicos, era esférico, forma que tiene la ventaja tener la envoltura mínima, y por lo tanto el peso para igual volumen y tela, y por ofrecer al viento igual resistencia en todas sus direcciones.

Globos esféricos de vuelo libre en Guadalajara
El aerostato en sí, el globo propiamente dicho, prescindiendo de su cautividad, albedrío, impulsión y dirección, es sencillamente un globo de forma variable conforme a su servicio y cometido, de tela ligera, percal, seda china Milán o de Lyón, película de tripa de buey (aeróstatos ingleses), de estructura muy homogénea e impermeabilizada con barnices de aceite de linaza o cauchotada, y lleno de un gas menos pesado que el aire (o el mismo aire caliente empleado en sus orígenes en los ensayos mongolfieras) gas del alumbrado o mejor gas hidrógeno de mayor fuerza ascensional y que en esta época se emplea. La forma varia como queda dicho con su cometido.

El globo cautivo dejó de fabricarse esférico por razones de mucho ringorrango técnico y especialmente porque los usados para esta clase de ascensiones, convenientes de pequeño volumen (500 o 600 metros cúbicos) por el servicio rápido propio de campaña, las grandes rachas de viento los abatían a tierra. Buscando anular este inconveniente, sin acudir al aumento de volumen, se ensayaron estudiadas variaciones de forma y condiciones llegando a la adaptación del tipo de globo cautivo de ese momento.

El globo cautivo con la forma de los que vienen a Badajoz fue inventado por el alemán von Parseval y se le denomina indistintamente Parseval o cometa, y esto último, además de por su cola estabilizadora, por presentar en su forma superficies que, a la acción del viento le elevan actuando como una cometa.

Los elementos de que consta su envoltura: El cuerpo del aerostato es de forma cilíndrica alargada, rematando en sus dos extremidades por dos semiesferas de igual radio que el cilindro; pegado a este cuerpo y en su casquete inferior y a modo de begigatorio, se adopta un cuerpo extraño, timón, forma de gaita gallega; el cuerpo grande se divide en dos partes, cámara de gas o cámara de aire; y el pegote antedicho que es el timón que va abierto en sus dos extremos.

A lo largo de la línea media del globo corren unas aletas con objeto de aumentar la superficie expuesta al viento; y a lo largo de la línea del ecuador del aerostato corre una fuerte banda de lona formando una cintura de amarre llamada banda de amarre y de la cual penden, por medio de un intrincado sistema de cordaje, el cable de retención, las diez cuerdas de maniobra que los soldados manejan y la barquilla: La cola del globo la forman elementos iguales a modo de quitasoles invertidos y cuyo número depende de la intensidad del viento. El volumen del cometa suele ser de unos 700 metros cúbicos.

Una unidad aerostática consta de los siguientes elementos: Material aerostático necesario para ascensiones cautivas, constando de dos cometas; sus barquillas, cables de retención; comunicaciones telefónicas o telegráficas entre la barquita y personal de tierra, y el material accesorio para el manejo y maniobra del cautivo. El material esférico lo forman los globos libres cuyos volúmenes oscilan entre 900 y 2.000 metros cúbicos de gas. Complementan el servicio un tren de carros con el gas hidrógeno necesario a la inflamación, cuyo gas viene encerrado a la presión de 150 atmósferas en unos cilindros de metal durísimo y resistente a esa elevada presión, conteniendo cada cilindro unos siete metros cúbicos de gas a la presión dicha; los cilindros vienen colocados en los carros especiales en tres filas de a cinco tubos dos y cuatro una.

Para las prácticas de Badajoz, el hidrógeno de que está provista la unidad es suficiente para hacer cuatro inflaciones de los globos cometas, con los que se ejecutarán las maniobras de campaña, observaciones y reconocimientos del terreno y tropas, y el gas, después de haber servido en los cometas, será trasvasado al globo esférico Neptuno para hacer ascensiones libres, que sarán en número de cuatro.

Se cuenta además con un aparato proyector para iluminar la ciudad por las noches y poder también hacer con su proyección prácticas nocturnas.

Después de dedicar el día 7 de octubre a los preparativos e instalación de los enseres y utillajes, a las seis y media de la mañana del día 8 de octubre se comenzó a inyectar uno de los  globos cautivos, que una hora después se elevaba majestuosamente, haciendo la primera de las ascensiones.


Para inflar el globo, los carros del gas se aparcan o colocan en línea los catorce tubos de cada carro, mediante otro tubo llamado colector, se enchufan en una manga llamada de llena y cuya extremidad penetra en el vientre del globo por su apéndice de inflación. En diez o quince minutos (y aún menos forzando), tenemos inflado el globo: los soldados se agarran a las diez cuerdas de maniobra, se coloca la barquilla, sube el personal y empieza la maniobra.

El cable de retención del globo pasa por una polea especial llamada pasteca para amarrarse su extremidad a un punto fijo o carro provisto de un torno que se maniobra a mano o con un motor diverso: Arrollando o desarrollando el cable al torno bajará o subirá el aerostato, o bien avanzado o retirando la polea pasteca en la dirección del globo.

La "maniobra de la pasteca" consiste en el traslado, por parte de una sección, del globo hacia algún sitio designado, agarrando las cuerdas de amarre que están sujetas en abanico a la polea o pasteca. En la siguiente imagen podemos ver un ejemplo de evolución de los "pastecos".


Durante la mañana, hasta las diez, se realizaron cinco elevaciones, todas ellas para trabajos de orientaciones, cada una con un oficial piloto en prácticas diferente.

Foso del fuerte de Pardaleras
A las cuatro de la tarde se reanudaron las tareas, practicándose otras cinco elevaciones, llevando en esta ocasión como pasajeros a varios oficiales de la guarnición de Badajoz.

Durante todo el día el globo fue admirado por numerosas personas, sobre cuyas alturas meció su inmensa mole de acre fuerte, haciendo abrir la boca embobada a los ingenuos que veían ojipláticos aquello por primera vez en su vida.

De pie y en coche, se veía numerosa gente por la ronda del Pilar, carretera de Valverde y las trochas que llevaban al fuerte.

Al día siguiente continuaron las ascensiones. En el vuelo más interesante, realizado por el capitán de la Sección aeróstata, Sr. Millas y el capitán de la Comandancia de Ingenieros de Badajoz Sr. Franco, el motor de amarra se trasladó al límite del fuerte de Pardaleras, junto a la carretera, y desde este punto se efectuó la elevación, remontándose a una altura de 500 metros, desde la cual, en perfecta vertical con la plaza de toros obtuvieron fotografías.


Rio Guadiana y carretera de Elvas al fondo
Por la tarde se realizaron nuevas ascensiones, la primera de ellas a 700 metros, practicando varios trabajos de observación y medición de distancias, croquis, etc…, efectuando las posteriores de carácter turista, con oficiales de la plaza.

La tripulación de un globo libre, cautivo o dirigible, la formaban: Oficiales técnicos, pilotos y observadores; a los primeros compete la sólida instrucción técnica tanto de su maniobra (o pilotaje), como de la fabricación del gas hidrógeno, construcción de aerostato, cuidado y reparaciones; es en una palabra el servicio especial y propio de los Ingenieros: a los segundos corresponde dirección y maniobra del globo, constituyendo los Oficiales pilotos: los terceros u observadores....su nombre bien lo indica; su papel principal es el de observación del terreno, del enemigo, de los efectos del tiro de la Artillería amiga y su corrección, etc, etc.:

El equipaje de la barquilla lo forman, la Estación telefónica, sobres lastrados para enviar a tierra noticias escritas, croquis o dibujos, banderas de señales convenidas, planos y documentos del terreno en que se opera, barómetro aneroide y brújula, anteojos y maquina fotográfica para impresionar sobre películas; y por último e interesante por su objeto: El lastre de descenso y cuerda de maniobra. Sucede, felizmente con escasa frecuencia, que a consecuencia de un accidente o falsa maniobra, se convierte en libre la ascensión cautiva; cuando esto sucede, el globo libertado y a merced del viento, experimenta movimientos desordenados y bruscos en su libertad impropia de su construcción, y especialmente si el cable "se rompe corto”; para esto sirve el lastre, la cuerda de maniobra y ... la práctica y serenidad del piloto; se regula la velocidad de la calda con oportunos arrojes de lastre, maniobrando a la vez una válvula de seguridad que, igual que el libre, el cautivo lleva en su cabeza, que además de moverse a mano, es automática para hacer perder gas al globo, y que en los globos libres sirve, bien para la maniobra del descenso voluntario por pérdida del gas, o bien para atenuar su fuerza ascensional en cualquier momento; la cuerda de maniobra, de 15 metros de longitud, tiene por objeto percibir algún auxilio exterior, ya el globo cerca del suelo; con el sereno arroje de lastre, la cuerda de maniobra, que sirve también arrastrándose en el suelo en la etapa mas peligrosa de este accidente, de cable moderador y el oportuno tirón de la banda de desgarre, (que es un ventano de unos 30 centímetros en cuadro, dispuesto para desgarrarse a un tirón de la correspondiente cuerda) para el rápido vaciado del globo, el accidente se salva sin peligro.

El sábado día 10 de octubre tuvo lugar el primer vuelo de globo libre. Empezaron los trabajos correspondientes a las seis y media de la mañana con el trasvase del gas del globo cometa al globo esférico Neptuno que había de realizar la ascensión. Al ser el globo esférico de mayor volumen, se terminó de inflar inyectándole nuevos depósitos de hidrógeno.

Fosos del fuerte de Pardaleras
A las 8 de la mañana saltaron a la barquilla el capitán Pruneda y los tenientes García y López Tienda, y pocos minutos después saltó también el coronel Vives, y el globo Neptuno con su amarilla inmensidad esférica ascendió, para pronto hundirse en las nieblas densísimas que cubrían el cielo y tras las cuales desaparecieron en dirección a Madrid.

A las 17 horas en Santa Amalia se observó la aproximación del globo con gran sorpresa. Algunos niños interpretaban la palabra de que viene el globo, con la de que viene un lobo, y corrieron despavoridos a sus casas.

El globo descendió a tierra, siendo amarrado a varios árboles de los extramuros, hasta el día siguiente que volvieron a partir a las nueve de la mañana, cruzando varias veces el río Zújar, pasando por Orellana la Vieja, Esparragosa de Lares, descendiendo nuevamente a las doce y cuarenta minutos en término municipal de Siruela, en una finca denominada “Los Quintillos”.

El domingo se descansó, y el lunes 12 de octubre se reanudaron las ascensiones en Badajoz. En las ascensiones de la mañana se hicieron croquis y planos, uno de ellos realizado por el capitán Millas muy elogiado.

Por la tarde, diferentes cuerpos militares utilizaron los croquis para realizar expediciones, que fueron observadas desde el aire.

En este día llegaron a Badajoz tres de las seis palomas mensajeras que se llevaron el sábado en el globo en el vuelo libre, aunque ninguna traía despacho alguno.

El martes trece de octubre se elevó tres veces el cometa Alfonso XIII, realizando diferentes estudios de las fortificaciones de Badajoz.

El capitán Millas obtuvo una fotografía del grupo que formaban el general de Ingenieros La Llave, el comandante Cué y el comandante Izquierdo, ya dentro de la barquilla, cuando éste iba a elevarse.


Por la tarde debido a la lluvia no se pudieron hacer elevaciones. Por ferrocarril desde Cabeza del Buey, regresaron el capitán Pruneda y los tenientes López Tienda y García junto con el globo Neptuno facturado.

El miércoles 14 no hubo vuelos a la espera de poder secarse el material y el jueves 15 de octubre continuaron los trabajos de la Sección de aerostación en el fuerte de Pardaleras, efectuándose por la mañana y tarde varios vuelos del cometa Alfonso XIII, haciéndose nuevos croquis y observaciones, además de interesantes fotografías. Las fotografías hechas por el capitán Millas fueron calificadas de auténticas preciosidades.


Fuerte de Pardaleras. Se pueden observar las lonas sobre las cuales se inflan los globos


Por la noche se practicaron las primeras pruebas del proyector ya instalado en el fuerte de Pardaleras.

En la mañana del viernes 16 de octubre se efectuaron varias ascensiones, una de las cuales el cometa Alfonso XIII fue llevado hasta el río Guadiana, sosteniéndose largo rato sobre las inmediaciones del puente de Palmas. A este efecto atravesaron por toda la ciudad, salvando hábilmente los obstáculos, entre ellos los cables telefónico y telegráfico. Desde la posición del cometa sobre el Guadiana, la tripulación obtuvo interesantes y bellas fotografías del río y de la barriada de la Estación.

Puente de Palmas sobre el río Guadiana
Barriada de la Estación
Carretera de Elvas

Fuerte de San Cristóbal
Por la tarde se hicieron ascensiones en combinación con ejercicios de las fuerzas de la guarnición de la plaza. Se debía descubrir la marcha que llevaban las columnas al evolucionar por las carreteras. La atmósfera era tan clara que a la altura de 600 metros a que llegó uno de los vuelos, se observaba perfectamente el castillo y pueblo de Alburquerque.

Desde la barquilla del Alfonso XIII se pudo advertir que una compañía de infantería venía por la carretera de Olivenza; la otra de infantería avanzaba por la de Sevilla y las fuerzas de la caballería de Villarrobledo por la de Elvas.

Por la noche actuó por primera vez el proyector, efectuándose con su ayuda de luz varios vuelos, durante los cuales se quería descubrir un contingente de fuerzas de infantería que iba a atacar al fuerte de Pardaleras. A pesar del fuerte viento y de la oscuridad, se pudo localizar e indicar al proyector la situación del movimiento de avance efectuado por una compañía del regimiento de Gravelinas.

El sábado 17 de octubre tuvo lugar a las 9 de la mañana el segundo vuelo libre del esférico Neptuno. La barquilla iba ocupada por los capitanes Ugarte y Zorrilla, y los tenientes Yandiola y García. Gracias a las palomas mensajeras se supo mediante los colombogramas que descendió el globo a tierra en Oliva de Jerez (Oliva de la Frontera) a las cinco de la tarde. Debido a la pérdida de gas no pudieron efectuar una segunda ascensión. Saliendo de Badajoz pasaron por Valverde, Táliga y Zahinos antes de llegar a Oliva. Regresaron al día siguiente yendo a Jerez de los Caballeros y Fregenal de la Sierra por carretera y ferrocarril a Zafra, Mérida y Badajoz.

Inflado de globos en el Parque de Guadalajara

Después del descanso del domingo, el lunes 19 de octubre continuaron los trabajos acostumbrados con el cometa Alfonso XIII desde el fuerte de Pardaleras. Por la tarde los capitanes Millán y Franco practicaron importantes trabajos de topofotografías, obteniendo copias de nuevas posiciones de Badajoz, a cuyo objeto fue corrido el cometa al extremo opuesto del fuerte.

El martes 20 de octubre se hicieron con el cometa Alfonso XIII trabajos de croquis y fotografías de distintas vistas de la capital y contorno, corriéndose al efecto el globo en distintos sentidos desde el fuerte sobre la población.

Barriada de San Roque extramuros, a la derecha


 
El viernes 23 de octubre, a las ocho y veinticinco de la mañana se soltó nuevamente en el campo de aerostación del fuerte de Pardaleras el globo libre esférico Neptuno, tripulado por  el capitán Ugarte, acompañado por el capitán Maldonado y los capitanes de ingenieros Franco y Fernández Mulero.

El miércoles 28 de octubre se produjo la última de las ascensiones del globo Neptuno, que cayó a las cuatro y media en San Juan del Puerto (Huelva).

Para terminar, podemos visionar un video sobre la Aerostación de la Filmoteca Española. Es una película de 35 mm. conservada en el Archivo de NO-DO, cuyo tema es la visita de Alfonso XIII al Parque Aerostático de Guadalajara el 26 de marzo de 1904, de la que se conservan diversas tomas: la ascensión cautiva del globo cometa tipo Parseval tripulado por Martínez Cajén, la ascensión libre del globo esférico Venus tripulado por Calvo y Arenas, el inflado del globo cometa de señales Juno, personalidades y público en la entrada del palacio de la Diputación Provincial antes y/o después de la recepción oficial, y un desfile en la Academia de Ingenieros.





domingo, 3 de marzo de 2013

La columna meteorológica del parque de Castelar




Llama poderosamente la atención a los que visitan por primera vez nuestro parque de Castelar la columna de mármol con forma de farol que en él hay.

¿Qué será? Se preguntan.

Los más curiosos y con mejor vista, observan que aunque están vacíos los huecos abiertos en cada una de sus caras, puede leerse lo que supuestamente contuvieron alguna vez: barómetro, termómetro e higrómetro.

            Muchos pacenses habrán oído que a ese lugar donde se encuentre la columna de mármol se le llama popularmente la rotonda del reloj.

            Veamos un poco de su historia.

A finales del siglo XIX, la observación meteorológica con instrumentos comenzó a extenderse por todo el mundo y a suscitar el interés general de la población. Fruto de ese interés, surgieron iniciativas tanto públicas como privadas para instalar fuera de los observatorios, habitualmente en parques, jardines y también en las fachadas de algunos edificios, barómetros, termómetros, higrómetros, etc. integrados, en algunos casos, en bonitos templetes o en columnas y torres meteorológicas de bella factura.

Los instrumentos tenían que ser de fácil comprensión. Por ejemplo, para la humedad relativa de la atmósfera hay que adoptar el antiguo higrómetro de Saussure, para la presión atmosférica el Barómetro, y para la temperatura un termómetro.

El higrómetro se componía de un cabello o barba de ballena fijo por un extremo y por el otro envuelto en una polea que lleva un indicador que recorre un arco graduado, dándonos así los grados de humedad relativa.

El barómetro está compuesto por un tubo dentro del cual se ha hecho el vacío y en que una cantidad de mercurio hace equilibrio al peso de la atmósfera.

El termómetro se compone un tubo de poco calibre terminado en una esfera o cilindro lleno de alcohol o mercurio, que aumentando el calor, se dilata, y disminuyendo se contrae.

Con las indicaciones unidas de estos tres instrumentos podemos dar una aproximación del augurio del tiempo en un corto plazo.

 Se solía poner en lo alto una veleta o catavientos con los cuatro puntos cardinales para observar la dirección del viento. La idea de dividir el horizonte en partes iguales para dar nombre a los vientos tiene su origen en la veneración de los antiguos por el Sol naciente. Puesto el hombre de cara a levante, su espalda y los dos brazos le indicaron tres puntos más, quedando el horizonte dividido en cuatro cuadrantes.

En febrero de 1914 gobernador civil de esta provincia, Luis Martínez Fernández, entregó como donativo particular a la Comisión por él nombrada, la cantidad de 2.472,70 pesetas, con objeto de construir una columna meteorológica, que colocada en sitio apropiado, sirviera de ornamento y contribuyera a la cultura de las clases populares.

Inmediatamente, por encargo de la Comisión y gratuitamente, se comenzó el estudio del proyecto por el comandante de ingenieros Casimiro González Izquierdo, que lo dibujó gratuitamente, procediéndose a la construcción de un modelo en escayola por parte de Julio Clivillés, al que se le pagó 50 pesetas.

Sobre un ancho basamento cuadrado se levantaba una columna, en cuya cima descansaba un segundo cuerpo que imitaba a un farol veneciano de cuatro caras, en cada una de las cuales iría un barómetro, un termómetro, un higrómetro y las coordenadas geográficas, altitud, etc… Se le coronó con una pequeña veleta.

Toda esta obra sería fabricada en mármol blanco mate, del país, encargando los referidos aparatos a las fábricas correspondientes.

Coronando toda la obra, si hubiese dinero para ello, iría un globo de vidrio iluminado por dentro para las noches, y en el luciría un dibujo adecuado al mapa de la tierra, viniendo a constituir todo ello un cuerpo de cuatro metros de altura, habiendo de llevar la columna unos treinta y cinco centímetros de diámetro.

Se barajó la posibilidad de que la columna fuese salomónica en vez de lisa, y que tuviera un collar de bronce, que llevara por un lado el escudo de Badajoz y por otro el de Extremadura.

Preocupaba el punto del paseo de San Juan en donde situar la columna. Se prefería que se levantara en el lugar en que luciendo más, produzca menos alteración en el paseo. Debía ser estudiado por la comisión de Ornato.

Aprobado definitivamente por la Comisión el proyecto, fue construido por el marmolista de esta localidad Antonio Almendro, a quien se le abonó 1.076,10 pesetas en junio de 1915.

El 23 de julio de 1914 la Comisión solicitó al Ayuntamiento autorización para establecer la columna en el parque de Castelar, pero el Ayuntamiento decidió que se colocara en la plaza de San Juan.

Terminada la construcción de la parte de mármol de la columna, se trató de adquirir los aparatos, cosa que no pudo hacerse a consecuencia de la Gran Guerra, que había estallado el 28 de julio de 1914, y que había elevado los precios un 200 %; entonces la Comisión acordó dejar depositada la parte del mármol de la columna en casa del constructor, y el dinero para la compra del aparato que siguiera depositado en poder de don Enrique Rodríguez Zarzo, pagador de la Comandancia de Ingenieros.

Terminada la guerra en noviembre de 1918 y en obra el campo de San Juan, sitio en el que tenía que ser instalada la columna meteorológica, la comisión acordó poner a disposición del Ayuntamiento la referida columna que ya llevaba construida tres años.
Las obras de pavimentación del campo de San Juan, donde van a hacer desaparecer los jardines que nos habla López Prudencio y que vimos en la entrada “los mudos vestigios del Campo de San Juan”, comenzaron a realizarse en enero de 1919 con arreglo al plano e instrucciones del arquitecto municipal Rodolfo Martínez.

En este mismo enero de 1919 se hizo entrega de la columna al Ayuntamiento, sin los instrumentos que se iban a adquirir en Alemania inicialmente. El alcalde José Clavel se reafirmó en la intención de colocarla en la plaza de San Juan.

En febrero de 1920 se decide, que mientras se construye el monumento a Morales, se coloque en su lugar en el campo de San Juan la columna meteorológica.



La columna de mármol se eleva verticalmente sobre una pequeña gradería a la cual va sostenida por cuatro mensulitas que se desarrollan desde la basa a las esquinas de los escalones.



 Sobre el capitel va sostenido otro cuerpo, que representa una farola veneciana, también de mármol, con cuatro caras sobre las cuales irán adaptadas los instrumentos de precisión. Finalmente no se remató con la esfera terráquea y se colocó la columna frente al Ayuntamiento sin los instrumentos.



Esto trajo mucha polémica, ya que, encima de haber desaparecido los jardines de la plaza de San Juan, se coloca la columna sin tener función alguna, teniendo que desarmarla y guardarla, ya que ni servía para lo proyectado ni este iba a ser su lugar definitivo, ya que en ese mismo lugar iba proyectada la estatua de Morales que se puso en 1925.

En octubre de 1924 se hizo entrega al Ayuntamiento, por parte de la Comisión, de los aparatos que habían de colocarse en la columna.

Se volvieron a proponer distintos lugares, como frente al Banco de España, por entonces en la plaza de la Soledad, actualmente conservatorio de música, pero finalmente ganó la opción inicial de la Comisión de instalarla en el Parque de Castelar.