Cuaderno de bitácora de un viajero a lo pasado de la ciudad que le vio nacer. Pequeñas cápsulas del tiempo, pequeñas curiosidades que voy descubriendo en el papel de los libros y periódicos de aquellos que fueron testigos de otro tiempo, y que con estos artículos vuelven a la luz. Quedan invitados a acompañarme en este viaje.

sábado, 19 de enero de 2013

El León de Badajoz




Escudo al fresco policromado colocado sobre uno de los hombros del arco del Peso de la plaza Alta.

Aprovechando el reciente renacimiento de estas pinturas murales, vamos a tratar en esta ocasión sobre el “león de Badajoz”, símbolo heredado del antiguo reino que conquistó nuestra ciudad en 1230.

De momento, en estos escudos del arco del Peso, podemos observar algunas diferencias con el actual escudo de la ciudad: El campo se tiñe de plata (blanco) y no de azur (azul), el escudo tiene como coronel una corona ducal en vez de la real, etc...

 Aparte, queda lo dudoso de que el autor hubiera visto alguna vez cómo es un león, y se acordaría vagamente de algún otro escudo, aunque se le olvidara la melena y le quedara un poco el culo de pollo.

Fue Alfonso VII (1126-1157) el primer rey que adoptó el león como emblema, aludiendo a la ciudad de León, equiparando la hegemonía de la capital del reino entre todas las urbes a la del león sobre las demás bestias.

La representación del león inicialmente es pasante, es decir, representado en la posición de un animal en marcha, con la pata derecha delantera casi horizontal.

El león que embraza Fernando II (1157-1188) en su Tumbo es ya rampante y contornado, ajustándose así al sentido de la marcha del jinete.

El león rampante en heráldica tiene las patas traseras apoyadas en el campo del escudo y las delanteras elevadas, la derecha un poco alzada de la izquierda, su posición debe ser vertical, es la forma más agresiva de este animal. Tiene lengua y uñas.

El león contornado es el que mira a su izquierda, es decir, a la derecha del observador.

El escudo de Alfonso IX (1188-1230), en cambio, lleva las armas leonesas con el león rampante mirando a su derecha (a la izquierda del observador). El escudo es de plata con el león púrpura, como aparece también en los cuarteles de Fernando III (1230-1252) y Alfonso X (1252-1284). La elección de este color para el león seguramente se debió a que encarnaba como ningún otro la dignidad imperial.

Actualmente el león es rojo (gules), como el del arco del Peso, entonces, ¿Cuándo se produjo el cambio?

Es a partir del emperador Carlos (1516-1556) cuando esporádicamente se sustituye el purpúreo como esmalte del león en las armas de los reyes de España por el gules, pero fue con los Borbones cuando se eliminó el púrpura, hasta 1981 en que se restituye.

Vamos a comenzar con los escritos que firmaba en Madrid el 25 de octubre de 1728 el doctor Don Diego Suárez de Figueroa, incluidos en un libro que editaba a su sobrino Luis, en el que incluía cuatro capítulos dedicados a la Muy Noble y Leal Ciudad de Badajoz “para no dejar imperfecto el compendio de vuestra historia”, publicados poco antes.

Uno de los capítulos es el titulado “Del escudo de armas de la ciudad de Badajoz”, que puede ser leído en alguna de las reediciones que se han hecho en los últimos años de la “Historia de la ciudad de Badajoz” publicada en 1916, comenzada a ser impresa en 1727.

Vamos a citar algunos pasajes relativos al león de Badajoz, aprovechando la ocasión a continuación, para ir relatando las vicisitudes y transformaciones que este símbolo de la ciudad ha tenido en el devenir de los tiempos.

Tres especiales propiedades atribuye al león Aristóteles: la nobleza de corazón, la generosidad de ánimo y la bizarría del aliento. La fortaleza del león consiste en lo basto del cuerpo; estriban sus vigorosas fuerzas en lo truculento de su aspecto, que transmite pavos a quién lo mira y en lo cálido y seco de su complexión viva que es vigor, y espuela a forzar su valentía.

Son los hijos de Badajoz corpulentos y mantenidos con alimentos, más que en ninguna otra parte, crasos, de complexión ardiente, el color trigueño, en nada afeminados, a causa de lo cálido y seco de aquel clima. Esta es su fortaleza, que, más que yo, la tiene calificada la notoriedad de muchas experiencias. Lo liberal y noble de la valentía del león consiste en la bizarría de no mostrar pavor al encuentro de otra cualquiera fiera, como dicen los autores y Horacio:

Rebus augustis animosus, atque
Fortis apparet

Y aunque el temor a la muerte es innato en todo viviente, y como esté el riesgo de ella, es tanto el esfuerzo de aquellos vecinos, que si consiste el valor en vencer este natural miedo, como dijo el portugués discreto:

El temor es común a toda gente;
El saberle vencer es ser valiente.

Los hijos de Badajoz no se dejan poseer del temor en el riesgo, pues saben en animoso valor el dominarlo.

Pero porque no parezca lisonja oiga ser calificada su experiencia con la razón deducida de una clara filosofía. Como aquella plaza es de armas y frontera del enemigo, siempre hay en ella tropas. Nacen los niños y sírvenles de arrullo el eco de los tiros y el ronco sonido de las cajas, timbales y clarines. Llegan a la pubertad, y viendo el ejercicio de los soldados (que muchas veces es a fuego y en fingidos contrarios campos), para imitarles hacen de caña sus caballos y sus armas y disparan con pólvora sus cañones, de unos pequeños canutos de hierro que tienen los antiguos frascos de fragmentos de algunas pistolas. Pónenlos en sus ataques, que hacen de tierra, y formando sus compañías se dan sus aparentes batallas. Con lo que, cuando hombres, con el continuo ensayo de los riesgos ya le son familiares los peligros.

Dale nobleza al esfuerzo del león el comunicarla a los suyos. Tres días están dormidos los cachorrillos luego que nacen, y dando, como dice San Antonio de Padua un horroroso rugido los despierta animoso. ¡Cuántos rugidos dio esta ciudad a los vecinos, alentándolos con la persuasión y el ejemplo en los sitios que ha padecido¡.

¡Con cuánto esfuerzo rugió este león brioso, despertando al leal y varonil aliento a sus hijos…


La armería municipal tiene su origen en los sellos concejiles. En el reino de León es a partir de Fernando II (1157-1188) cuando se incorpora el león a los sellos y signos rodados de la cancillería regia.

En un manuscrito del primer cuarto del siglo XVIII atribuido a Diego Suárez de Figueroa podemos ver un dibujo del sello que está pendiente en la donación que hizo el concejo a la catedral de la villa de Campo Mayor el 28 de mayo de 1255. Lo describe como “un león coronado en campo de plata, y en su reverso una ciudad encastillada sobre ondas":


Rodrigo Dosma en sus “Discursos patrios de la real ciudad de Badajoz” (1601) describe el sello de esta donación “con el león en una faz, y de otra una ciudad encastillada en rocas sobre ondas”.

Juan Solano de Figueroa en su “Historia eclesiástica de la ciudad y obispado de Badajoz” (1670) también describe el sello “de un lado contienen un león coronado y no rampante y en el reverso una Ciudad encastillada sobre ondas”.

Del siglo XIV tenemos este sello pendiente conservado en el archivo de la catedral:

 
La inclusión de la columna junto al escudo con el león en las armas de Badajoz debió producirse en época del emperador Carlos (1516-1556). 

De esta época conservamos el emblema que actualmente se encuentra colocado sobre la puerta del antiguo edificio del museo arqueológico de la Galera, datado en 1541:


Observamos que en este caso el león se encuentra entre dos columnas exteriores al escudo, es decir, no están dentro del escudo. Cabe destacar que es el león el que está está coronado, y no el escudo.

De esta época también deben de ser dos escudos con leones coronados de Puerta de Palma, aunque no tienen ninguna columna exterior al escudo:



 
Observamos que no son iguales, aparte de mirar cada uno a un lado. Hasta la construcción de la muralla abaluartada a finales del siglo XVII, las puertas de Badajoz (Trinidad, Mérida y Santa Marina) tenían cada una su escudo de la ciudad, pero con la construcción de ésta, desaparecieron los escudos en las nuevas, a pesar de que el Cabildo deseaba también que el escudo de la ciudad luciese en las puertas nuevas tal y como lo había hecho en las viejas puertas. El Conde de Montijo, Capitán General de la provincia de Extremadura y responsable de las obras de fortificación, se negó reiteradamente a esta petición y al final logró colocar su propio emblema en las puertas de Mérida y Pilar.

En la antigua puerta de Mérida, ya desaparecida, sobre la portada había dos escudos. En la parte inferior el escudo de la ciudad y en la superior el escudo del Emperador Carlos (1516-1556), en la nueva puerta se mantuvo el escudo del Emperador, seguramente trasladado de la anterior puerta. ¿Dónde fue el escudo de la ciudad? Una hipótesis es que sea uno de los dos de Puerta de Palma.

La disputa que mantuvieron el conde de Montijo y el Cabildo a propósito de la Puerta de Mérida se repitió también en Puerta Pilar con la antigua de Santa Marina, con el mismo final, en este caso se puso el escudo de Carlos II (1665-1700) y el del Conde. ¿Dónde fue el escudo de la ciudad? Una hipótesis es que sea el otro de los dos de Puerta de Palma.

Siguiendo esta hipótesis de que los dos escudos procedan de las puertas de Mérida y Santa Marina, ¿no tendría que tener la de Palmas su propio escudo de la ciudad? ¿Podría ser el de la Galera?

En la antigua Puerta Trinidad el escudo de la ciudad estaba pintado, y por lo tanto no se pudo recuperar para otro menester. Para saber más sobre las puertas de Badajoz, consultar el mágnífico trabajo de Julián García Blanco "Puertas de Badajoz".

En resumen, tenemos una serie de tres escudos con leones coronados con lo que parece una corona con cuatro florones (tres visibles), que tienen como carácterísticas haber sido utilizados en puertas y que podríamos decir que pueden ser de época al menos del Emperador Carlos (1516-1556).

El primer ejemplo que conocemos con la columna dentro del campo, o integrado ya con el león, lo tenemos a finales del reinado de Felipe II (1556-1598), con la cartela conservada en el museo arqueológico procedente del Puente de Palma:



Se conserva otra lápida de mármol con las armas de la ciudad también procedente del puente, ya de época de Felipe III (1598-1621):


 En la fachada de la iglesia de San Agustín tenemos un escudo de la época del obispo Fray Agustín Antolinez (1676-1678):



Del siglo XVIII se conserva el escudo de las antiguas carnicerías reales de la calle Felipe Checa, de 1768:



En esta serie de cuatro escudos, como hemos podido observar, hay una sola columna y un león coronado que está contornado, es decir, vuelto hacia el lado siniestro del escudo (hacia la derecha del observador).

Diego Suárez de Figueroa en su “Historia de la Ciudad de Badajoz” (1727) define las armas vigentes en ese momento, donde  precisa que el campo del escudo es de plata y diseña el felino con la cabeza vuelta hacia la derecha para evitar su contornamiento:

un león rojo en campo de plata trepando por una columna de jaspe, con una corona de oro y un mote que dice PLUS ULTRA



En la “Descripción de la Proclama…” de Leandro Gallardo publicada en 1747, sobre la celebración en Badajoz de la elevación al trono de Fernando VI, se dice que en un Tablado dispuesto a las puertas de las Casas Consistoriales había un gran tarjetón con el Escudo de Armas de la Ciudad, el cual es descrito con “una derecha columna, inscripta desde arriba abajo de la letra Plus ultra, y un León rapante coronado, sosteniéndose en los dos pies, con las garras al arrimo de dicha columna”. 

Así decía el tarjetón:


 En la portada de las ordenanzas de la ciudad promulgadas en 1767 durante el reinado de Carlos III (1759-1788) podemos observar que por primera vez el león está a la derecha de la columna, dejando de presentarse contornado para ofrecer la posición armera que es considerada correcta, mirando al flanco diestro del escudo (a la izquierda del observador). Cabe destacar también que a este tipo de león que tiene la cola entre las patas traseras se le denomina cobarde en la heráldica.


 Tras la creación de la provincia de Badajoz en la reorganización provincial de 1833, como venía siendo habitual, la Diputación provincial adoptó el escudo de la capital.

En las publicaciones del siglo XIX se seguía utilizando la versión de un solo león contornado. Sirva de ejemplo el utilizado en “La Manifestación hecha por el síndico del ilustre ayuntamiento de la ciudad de Badajoz” publicada en 1854:


 Aquí tenemos el ejemplo del escudo de un colegio profesional de Badajoz:


En las publicaciones se seguirá utilizando el león contornado, como en “la guía del forastero” y en las “ordenanzas municipales” editados en 1892:


En 1892, con ocasión de celebrarse en la sede de la Diputación Provincial la Exposición Regional Extremeña que conmemoraba el IV Centenario del Descubrimiento de América, se realizaron obras en la fachada que da a la actual calle Felipe Checa, timbrándose dicha fachada con el escudo del león contornado:



En la fachada del edificio del Ayuntamiento, cuya tercera planta se levantó en 1889, hay dos escudos con un solo león, aunque hay un cambio de postura del león respecto a la columna, dejando de estar contornado, para pasar a mirar a su derecha (izquierda del observador):



La verdad es que sí parecen unos monos intentando subir la columna.

En la estatua de Moreno Nieto en la plaza de Minayo, inaugurada en 1896, se puso el escudo con un solo león. (Durante la 2ª República se sustituyó la corona Monárquica por la mural Republicana, escudo que aún permanece):





En el edificio metálico del mercado de abastos que se empezó a construir en 1890 en la Plaza Alta, inaugurado en 1899, y que está actualmente en el Campus Universitario, podemos observar que los escudos utilizados en las fachadas seguían siendo los de un león:


Escudo municipal de 1901:


En los soportes de las luminarias de Badajoz está también el escudo:


Este soporte en concreto, es uno de los que se han reutilizado en el edificio metálico del campus universitario que fue trasladado de la Plaza Alta, pero también lo podemos encontrar en las calles más deprimidas del casco antiguo de Badajoz como San Lorenzo, Costanilla, Campillo, Encarnación etc...


C/ Encarnación
Como hemos podido observar, en todos los casos las armas de Badajoz las componen un solo león y una columna, pero en la mayoría de las publicaciones desde el siglo XVII se viene describiendo las armas de Badajoz con dos leones y sendas columnas, las cuales se han estado utilizando en la mayor parte del siglo XX.

¿De dónde puede provenir este escudo?

Seguramente nos tendríamos que remontar a Rodrigo Méndez Silva, que escribió en su “Población general de España: Sus trofeos, blasones y conquistas heroycas ...”, publicado en 1675, en el que describe las armas de Badajoz “en escudo azul dos leones subiendo a dos columnas inscritas, Non plus ultra, al timbre corona”.

En el manuscrito atribuido a Diego Suárez de Figueroa antes citado, del primer cuarto del siglo XVIII, se decía que durante un tiempo el escudo de la ciudad tuvo dos columnas con dos leones. Éste es el escudo que se proponía:

Describe el campo de azur con las columnas de plata. Pero como hemos dicho anteriormente, Diego Suárez de Figueroa en su “Historia de la Ciudad de Badajoz” (1727) define las armas vigentes en ese momento, con “un león rojo en campo de plata trepando por una columna de jaspe, con una corona de oro y un mote que dice PLUS ULTRA”.

Pero todos los eruditos y compiladores que no pisaron Badajoz, van a ir repitiendo y arrastrando más o menos la descripción de Rodrigo Méndez de 1675, a pesar de que no hay ninguna constancia real de haber existido un escudo de armas con esas características.

Antonio de Moya, publicó en 1756 su “Rasgo heroyco: declaración de las empresas, armas y blasones ...” en el que describe las divisas con que se ilustra la ciudad de Badajoz, basándose en Rodrigo Méndez, usando “en su escudo dos Columnas, sostenidas de dos Leones, y en ellas la Letra del PLUS ULTRA”.

José Iglesias de la Casa en “El Piscator Historial de Salamanca para el año de 1782…” (1782) escribe que Badajoz tiene “por Armas en Escudo azul dos Leones, subiendo a dos columnas incriptas Non plus ultra”.

Pascual Madoz en su “Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar” (1846-1850) lo describe “en campo azul, dos leones subiendo a dos columnas inscritas NON PLUS ULTRA”, y una columna por timbre”.

Francisco de Paula en su "Enciclopedia moderna" (1851) dice que "óstenta en campo azul, dos leones subiendo á dos columnas inscriptas: Non plus ultra ; y corona por timbre".

Francisco Piferrer en “Trofeo heroico: Armas, emblemas y blasones de las provincias…” (1857) escribe que la provincia de Badajoz ha tomado el nombre y las armas de la ciudad de Badajoz. Las armas de la provincia las describe: ”Escudo de azur y una columna de plata fajada de una cinta en la que se lee este lema: PLUS ULTRA, y un león de gules empinante a la columna”, y para la ciudad ”las mismas aumentadas con una columna y un león”.

Manuel Henao en su “Crónica de la provincia de Badajoz” (1870) al hablar del escudo de armas de su capital: “dos leones en campo azul subiendo a dos columnas, donde se halla la inscripción atrevida Non plus ultra”, mientras que para la provincia mantiene el escudo con el león mirando a su derecha (izquierda del observador).

Pero el cronista Nicolás Díaz y Pérez, el 12 de diciembre de 1867, escribe en una carta que en ese momento las armas que seguía ostentando el Ayuntamiento “consisten en un escudete o blasón de gules, campo azul, sobre donde campea un león subiendo por una columna coronada, y envuelta ésta en una orla donde está grabada esta inscripción: Plus Ultra”. Ya había elevado este año una Memoria al Ayuntamiento, y continuará haciéndolo en 1887 en su libro “Extremadura” reivindicando el escudo de los dos leones, aunque reconoce que no había tenido éxito.

Por lo tanto, hasta ese momento se llevaban casi dos siglos en los que la realidad del uso de un león, no coincidía con lo que una y otra vez se iba publicando en los libros desde 1675.

En 1905 continúa la controversia en cuanto al escudo a utilizar: En febrero en la alcaldía se recibe un despacho de blasón expedido por el Cronista y Rey de Armas de S.M., haciendo el historial y definiendo el escudo con los dos leones, cuando en el Ayuntamiento se estaba utilizando el de un solo león.

En la “Guía de Badajoz y de su Comercio” de 1907 se continuaba con la versión del león contornado:


En el facsímil publicado en 1908 del libro de Ascensio Morales "Crisi histórica de la ciudad de Badajoz" aún se utilizó en la portada el escudo del león contornado.

Es con la construcción por parte del Ayuntamiento del edificio del Instituto General y Técnico de la calle del Obispo, que estaba prácticamente terminado en 1910, cuando podemos ver por primera vez el escudo timbrado de la corona real con los dos leones y sus respectivas columnas.


Curiosamente en los planos de Luis Saldaña del proyecto de este edificio, aprobados en abril de 1902, podemos observar como estaba previsto poner el escudo con un león contornado:


A partir de entonces vamos a ir ya encontrando esta versión del escudo municipal. El escudo provincial no cambió, por lo que convivirán los dos escudos, el de un sólo león para la Diputación y el de dos para el Ayuntamiento.

En 1915, en el libro, publicado gracias al Ayuntamiento, “Nombres claros de Extremadura”, de Ángeles Morán, se utilizaba el escudo con los dos leones:



En la estatua de Zurbarán de la Plaza de San Juan, inaugurada en 1925, vemos otro escudo con los dos leones:


No tiene corona, lo que nos hace intuir que fuera modificado en el comienzo del periódo de la 2ª República.


Escudo de 1925:


Como ya hemos dicho, en cambio, en la Diputación se seguirá utilizando el tradicional de un león, como por ejemplo en la publicación de 1929 "Barógrafo de un lustro":


Durante la II República desaparece la corona real, quitándola ó sustituyéndola por la mural, como ya dijimos en el caso del escudo de la estatua de Moreno Nieto.

Sello del Ayuntamiento usado en 1934 sin corona:



También se conserva el escudo provincial republicano en la puerta del antiguo hospital de San Sebastián:




A partir de agosto de 1936 el escudo irá recuperando la corona ducal y no la real.

 Sello del Ayuntamiento usado en diciembre de 1936:


Durante más de 80 años van a convivir los distintos escudos provinciales y municipales:


 
Todavía podemos ver muchos de estos escudos con dos leones si nos vamos fijando un poco, como en la rejería del Ayuntamiento:



En muchas de las alcantarillas de la red municipal de saneamiento aún pueden observarse el escudo de los dos leones:


En los azulejos de los nombres de las calles:


En las farolas de la Plaza de la Soledad:


Farolas de la Plaza de los Reyes Católicos junto a Puerta Palmas:




El escudo con los dos leones se seguirá utilizando hasta que el 15 de octubre de 1994, cuando el Ayuntamiento regresa al escudo de un solo león que mira a su derecha, recuperándose la corona real. Las armas de la ciudad las podemos observar según dibujo de Abelardo Muñoz Sánchez:


trae por armas el escudo de la ciudad de Badajoz: En campo de azur, una columna de plata sobre una terraza de sinople, acolada de dos vueltas por una filacteria, también de plata, cargada con la leyenda “PLUS ULTRA”, en letras de sable, siniestrada de un león de gules, armado y lampasado de lo mismo y coronado de oro, que se empina a su fuste; al timbre una corona real de España; todo ello sobre un escudo que ofrece un campo con un perfil de estilo clásico redondeado

La Diputación Provincial el 26 de febrero de 1999 aprueba su emblema con la descripción «Trae por armas al blasón de Badajoz: En campo de azur –azul– una columna de plata sobre una terrasa de sinople –verde–, acolada de dos vueltas de una filacteria, también de plata, con la leyenda «PLUS ULTRA», en letras de sable –negro–, siniestrada de un león de gules –rojo– armado y lampasado de los mismos, coronado de oro que se empina a su fuste, al timbre una corona real cerrada, todo ello sobre un escudo que ofrece un campo con un perfil de estilo español»

Detalle del escudo en los bancos actuales de la Plaza de San Francisco, réplicas de los que se pusieron en 1926 con los azulejos con motivos referentes a la conquista de América:


En los bancos de forja:


En los azulejos del nombre de las calles:



Regresando a los escudos del arco del Peso, como vimos, el campo se tiñe de plata (blanco) y no de azur (azul), y el felino está sin corona. Está timbrado con  un coronel de florones indeterminado. Este tipo de adorno exterior se empieza a utilizar hacia la primera mitad del siglo XVIII. Por lo tanto, tras todo lo expuesto anteriormente, se podría datar en esta época, seguramente poco después de la compra en 1731 de las casas anexas al arco para instalar el Peso Real. Uno de los dos escudos tiene el león en postura de cortesía, es decir,  está invertido por razones estéticas.

Y para terminar, veamos uno de los leones del escudo del Emperador Carlos en Puerta de Palmas: