Cuaderno de bitácora de un viajero a lo pasado de la ciudad que le vio nacer. Pequeñas cápsulas del tiempo, pequeñas curiosidades que voy descubriendo en el papel de los libros y periódicos de aquellos que fueron testigos de otro tiempo, y que con estos artículos vuelven a la luz. Quedan invitados a acompañarme en este viaje.

domingo, 8 de abril de 2007

Crónica de Manuel Henao. Badajoz 1870

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Vamos a ver, esta vez, lo que nos cuenta el jurista y escritor llerenense Manuel Henao Muñoz, fundador de numerosos periódicos y director de algunos de ellos, que escribió la "Crónica de la Provincia de Badajoz", tomo incluido dentro de la "Crónica General de España o sea historia ilustrada y descriptiva de sus provincias, sus poblaciones más importantes…" publicada en 1870 por los editores Rubio, Grilo y Vitturi.

En este tomo de 64 páginas a dos columnas, nos describe la provincia de Badajoz, origen del nombre de Extremadura, su historia, relación biográfica de los hombres célebres de Extremadura…, pero nos vamos a centrar en su capítulo IV donde nos hace una descripción de la ciudad de Badajoz de su época:

"Esta población que en la antigüedad fue una pequeña aldea situada junto a Evandriana, se levanta hoy a la izquierda del río y al pie de un cerro de 142 pies de altura, sobre el cual aparecen los restos de un castillo, que indica el carácter dominante de la época en que se construyó la ciudad. Grande, rica y noble, se ofrece a la vista del hombre con un cerco de soberbias murallas y baluartes, protegida por un antiguo foso y fortificaciones anteriores, que lo constituyen como una de las primeras plazas militares de la frontera española."

Evandriana, mansión citada en el itinerario de Antonio, y que aún hoy no se ponen de acuerdo en su localización.

"Se cuentan de 2.400 a 2.500 casas, de buena construcción, algunas de ellas elegantes, con bonitos balcones y rejas bajas, al nivel de la calle, que le dan un agradable aspecto, ventilación a las habitaciones y comodidad a sus habitantes.

Las calles de la parte baja son llanas, anchas y limpias. Tiene algunas plazas, entre las cuales descuella la de la Constitución, conocida por el Campo de San Juan, en razón de que en ella está la Catedral, cuya advocación es la de este santo.

Hay en Badajoz establecida una aduana que debía tener gran importancia por hallarse en una plaza fronteriza con Portugal, y cuyos rendimientos, aunque dignos de tenerse en cuenta, no son ni con mucho lo que debieran ser. En el año económico de 1864 a 1865 produjo 250.243 rs., a pesar de que los gobiernos no han sabido seguir con nuestra nación vecina la política de amistad íntima que aconseja la conveniencia de ambas naciones peninsulares.

Cuenta la ciudad de Badajoz con bastantes cafés, fonda, teatro muy decente y capaz, y con una casa consistorial, edificada en el año primero del siglo presente, si bien la obra no es del mejor gusto ni de bastante solidez."

El teatro que nombra, es el que había en la Plaza de San Juan, fundado en 1804 por el Corregidor Witte, el Teatro López de Ayala que sustituiría a éste no se concluyó hasta 1881.

Se refiere a las Casas Consistoriales que también construyó el Corregidor Witte y Pau en el lugar actual de nuestro Ayuntamiento, que tuvo que ser rehecho casi por completo debido a su mal estado. En 1889 se levantó la tercera planta, colocándose el templete metálico actual.

"En la parte del N. las calles son algo inclinadas, aunque se ha procurado hacerlas de fácil tránsito, teniendo para sus habitantes una plaza mercado que llaman plaza Alta, de forma cuadrada, llana y espaciosa. Muy cerca de ella está la plazuela de San José, donde se halla situada la cárcel, de buena fachada, pero sin las condiciones higiénicas suficientes para el uso que se destina. Mas arriba de la cárcel se conservan los restos de un castillo, habilitado para presos, y la torre y la sacristía de la Iglesia de Santa María destinadas al mismo fin. Además existe en esta parte de la población el hospital militar y el cementerio, construido con elegancia y en buenas condiciones, donde se ven soberbios sepulcros de mármol y jaspe con estatuas y figuras alegóricas, que convierten aquella mansión de la muerte en un verdadero monumento de arte.

Tiene esta ciudad, además de algunos paseos, los frecuentados campos de San Francisco, donde han construido sus habitantes un gran salón circunvalado de un asiento corrido, con verja de hierro, al cual dan entrada dos preciosas escalinatas. El arbolado, los paseos exteriores y el obelisco que se eleva en el centro del salón, construido de piedra mármol, la fuente que tiene al pie, con un muro de arcadas del estilo gótico, el estanque y el jardín, hacen de estos campos un sitio delicioso y recreativo que honra la memoria de D. Juan González Anleo y D. José Maria López, a quienes, como gobernador militar y alcalde constitucional, se debe su construcción."

El paseo de San Francisco se construyó en 1836 y fue conocido inicialmente como las Delicias de Anleo. En 1862 se destruyeron las arcadas góticas, años más tardes se levantó un modesto templete de madera para las bandas de música, desmontándose en el año 1894, construyéndose un nuevo kiosco, en este año que se inauguró la luz eléctrica. En 1917 se plantaron las palmeras que rodean este parque.

"Los cuarteles de ingenieros y de infantería, que eran de muy buena construcción, sufrieron grandes deterioros durante el sitio de la plaza del año 1811, por lo cual se tuvieron que habilitar algunos otros edificios.

Siendo Badajoz capital de diócesis, hay en ella un seminario conciliar, con el título de San Antón, que fue inaugurado en el año 1664, mientras ardía la guerra con Portugal, y de este establecimiento han salido hombres de gran valor e la literatura y en las ciencias."

El Seminario de San Atón fue fundado por el obispo Fray Jerónimo Rodríguez de Valderas en 1664, instalándose en el Campo de San Juan, esquina a Ramón Albarrán (hoy sede del Colegio Oficial de Arquitectos). En estas instalaciones estará hasta el año 1754, en que el obispo Malaguilla mandó construir el edificio de la Plaza de Minayo. En la actual Plaza de San Atón está instalado hasta el año 1927, en que el obispo José María Alcaraz mandó construir un nuevo centro eligiendo la cañada de Sancha Brava, entre la barriada de la Estación y la Avenida de Portugal, donde actualmente permanece.

"El hospicio de Nuestra Señora de la Piedad, fundado por la real orden de 12 de abril de 1757, acoge los espósitos y pobre huérfanos de la provincia. La construcción del edificio se debe al ilustrado gobierno de Carlos III, y sus rentas se hallan administradas con pureza, bajo la vigilancia de la diputación provincial.

Si la beneficencia pública se halla atendida debidamente, también el presidio correccional merece que de él se haga mención. Los penitenciados que a este asilo se destinan por la Audiencia del territorio, condenados en general por delitos leves, han sido ocupados en trabajos públicos, en obras de fortificación y de mejoras locales, que han dado impulso a los progresos de la población, a su ornato y embellecimiento.

Tenida esta ciudad como una de las plazas fuertes de primer orden, se halla defendida por una gruesa muralla, con ocho baluartes y dos semibaluartes, revestida de hornabeques y medias lunas: por la parte NE, le sirve de fortaleza el antiguo muro del castillo y el río Guadiana. Tiene tres puertas de comunicación, que son las Palmas al .; el Pilar, antes de Jerez al S., y la Trinidad al E. La mas principal es la primera , que afronta con el puente del Guadiana. La puerta se halla defendida por dos fuertes torreones , uno a cada lado, que sirve alguna vez de prisión a los reos de graves delitos: a la cabeza del puente, al lado opuesto, se encuentra otro fuerte, que sirve de punto avanzado de la plaza. Además de este fuerte existen otros cinco, que son: el de San Cristóbal, sobre la derecha del río Guadiana, en su confluencia con el río Gévora; el de Pardaleras, en otro cerro sobre la parte meridional; el de la Picuriña, levantado frente a los baluartes de la Trinidad y Santa María; el de San Roque, situado al E., y el de la Luneta, que los franceses construyeron en el año 1811, de orden del mariscal Soult."

El más desconocido es la Luneta de Werle, cuyo nombre es en memoria del general Francois Jean Werle, muerto en la batalla de la Albuera. Se construyó para proteger el fuerte de San Cristóbal de las acometidas de los ingleses y portugueses.

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