Cuaderno de bitácora de un viajero a lo pasado de la ciudad que le vio nacer. Pequeñas cápsulas del tiempo, pequeñas curiosidades que voy descubriendo en el papel de los libros y periódicos de aquellos que fueron testigos de otro tiempo, y que con estos artículos vuelven a la luz. Quedan invitados a acompañarme en este viaje.

lunes, 26 de noviembre de 2007

La caldera del portugués ó el estandarte del Corpus. 1384. 1ª Parte

No son pocos los que recuerdan y echan de menos las visitas guiadas al casco antiguo de Don Francisco Pilo Ortiz, donde contaba numerosas anécdotas e historias de nuestro Badajoz antiguo, (algunas de las cuales estamos viendo en el blog) y entre las que más gustaban era la del caballero portugués Juan Páez Gago robando el estandarte de Badajoz, que trajo consigo su muerte en la famosa caldera de aceite hirviendo. No soy muy dado a las alabanzas personales ni a las "pasadas de mano por el lomo", como Paco suele decir, pero éstas visitas guiadas de Amigos de Badajoz de Pilo, Álvaro Meléndez… fueron decisivas en mi interés por conocer la historia de nuestra ciudad. Sirva como muestra, en cuanto a su persona, la reseña que hizo la periodista María de las Mercedes Barrado en la Revista de Estudios Extremeños el año pasado:
www.dip-badajoz.es/publicaciones/reex/rcex_1_2006/resena_rcex_1_2006.pdf (pág. 521-523)

Una de las más curiosas y lejanas leyendas de Badajoz que nos ha llegado hasta nuestros días es ésta que hace referencia a lo acaecido en Badajoz en 1384 con motivo de haberse robado la bandera de la ciudad por los portugueses en ocasión de estarse celebrando la fiesta del Corpus Christi.

Volvamos a esta segunda mitad del siglo XIV...

Ya habíamos hablado de que en 1382 se concentró en Elvas un fuerte ejército portugués de Fernando I, reforzado por tropas inglesas bajo el mando del hijo del rey de Inglaterra, para la toma de Badajoz.

Frente a ellos, en Badajoz se puso personalmente al mando de las tropas castellanas el propio rey Juan I. Ante ello los portugueses no se decidieron a lanzar un ataque definitivo, llegando a un acuerdo de paz en agosto de éste año, el llamado "Tratado de Elvas".

Este acuerdo puso fin a la tercera guerra entre Portugal y Castilla de Fernando I "El inconsciente". Las negociaciones se habían iniciado a espalda de los ingleses (estaban inmersos en la guerra de los cien años con los franceses) y fue promovido por Pedro de Luna (futuro Benedicto XIII también llamado Papa Luna) enviado del Papa Clemente VII para solucionar esta crisis.

Tras la firma de este tratado fue entonces cuando tuvo lugar el torneo de justas entre Miles Windsor y Tristan de Roye en Badajoz que ya vimos.

Una de las cláusulas de este tratado de Elvas era que la hija de Fernando I de Portugal, la infanta Doña Beatriz, se casaría con el infante Don Fernando (hijo de Juan I y futuro Fernando I de Aragón), pero a esto, que su madre y esposa de Juan I, Doña Leonor de Aragón muere el 13 de septiembre y entonces Fernando I de Portugal ofrece a su antiguo cuñado Juan I el que se case con la Infanta Doña Beatriz (era la quinta vez que Fernando I de Portugal prometía a su hija y heredera y eso que la Infanta sólo tenía 12 años).

Por fin la Infanta Doña Beatriz se casa con Juan I en Mayo de 1383, y en Badajoz se celebra con gran fausto.

Cuando todo parecía arreglado, va y se muere Fernando I de Portugal el 22 de Octubre de este año, y sin hijo varón. Su mujer, Leonor Téllez de Meneses decide que la reina de Portugal sería su hija Beatriz, esposa de nuestro Juan I, pero entonces sale a la palestra João, hijo bastardo de Pedro I de Portugal, y por lo tanto hermanastro de Fernando I. Después de un intento de invasión de Portugal de nuestro Juan I en 1384, en 1385 sufrimos un descalabro en Aljubarrota, siendo proclamado João como rey de Portugal, con el nombre también de Juan I, que aquí en España se le llamo "el falso".

Dentro de este contexto, que en Portugal se llamó la Crisis portuguesa de 1383-1385 se producen, al parecer, los sucesos que dan pie a la leyenda de la caldera del portugués y del estandarte.

Empecemos a ver como trascribió esta leyenda Nicolás Díaz y Pérez (1887):

"Desde muy antiguo que, al decir de una leyenda extremeña, había en Badajoz la tradicional costumbre de hacer preceder la procesión del Santísimo Corpus Christi, de un hombre conduciendo una enorme caldera de hierro, llamada por el vulgo la caldera del portugués, mientras que la misma solemnidad se celebraba por los portugueses en la ciudad de Elvas, siguiendo a una bandera llamada comúnmente El Estandarte de Badajoz"

Nicolás Díaz y Pérez se puso a buscar esta caldera y según le contaron, ésta caldera se custodiaba hasta el siglo XVI en el Ayuntamiento de Badajoz. Asegura que en el antiguo edificio del Ayuntamiento, levantado a principios del siglo XVI, cuando se hicieron las casas y portales de la llamada Plaza Alta, en uno de cuyos frentes estaba situado el referido edificio, al costado izquierdo del llamado Peso-Real, había en su piso de abajo una habitación llamada de la caldera del portugués.

El Peso Real era el antiguo Mirador de la Ciudad. En su plata baja acoge actualmente una comisaría de Policía (supongo que Pilo ya habrá preguntado por la caldera). Debió de construirse o reformarse en 1548, según podemos leer en la inscripción que conserva la nueva puerta que se construye y que antecede a la entrada musulmana de la Alcazaba y que dice así:

"LA ILUSTRE CIUDAD DE BADAJOZ MANDO HACER ESTA OBRA I CASAS, SIENDO CORREGIDOR DON NUÑO DE LA CUEVA. ANNO IVDXLVIII. CIVITAS PACIS. ANNO DE 1548"

La planta baja de este edificio fue utilizada para diversos fines, pero lo cierto es que durante mucho tiempo los funcionarios del ayuntamiento, encargados de controlar el buen funcionamiento del mercado semanal, disponían de una habitación en dicho edificio. ¿sería la llamada habitación de la caldera del portugués?

Bueno, sigamos viendo la trascripción de la leyenda:

"Las fiestas celebradas en Badajoz a la segunda mitad del siglo XIV, el día de la solemne procesión del Santísimo Corpus Christi, eran cosa de verse…"
Veamos el origen de esta celebración:

A fines del siglo XIII surgió un movimiento eucarístico en Bélgica, que dio origen a varias costumbres eucarísticas; por ejemplo, la exposición y bendición con el Santísimo Sacramento, el uso de las campanillas durante la elevación en la Misay la fiesta del Corpus Christi. Tras el milagro eucarístico de Bolsena, en el que la sangre manó de una hostia consagrada, en 1264 el Papa Urbano IV por medio de la bula "Transiturus de hoc mundo" hace extensiva dicha festividad a toda la Iglesia, pero la muerte de este Papa ese mismo año frenó la difusión de la fiesta. El Papa Clemente V en 1311 ordenó una vez más la adopción de esta fiesta y en 1317, Juan XXII promulga una recopilación de leyes extendiendo la fiesta a toda la Iglesia.

Finalmente, el Concilio de Trento a mediados del siglo XIV promueve especialmente y declara la costumbre de que todos los años haya un día al año que se celebre el sacramento de la Eucaristía con singular veneración y solemnidad y que sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos.

El Corpus Christi o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, será por lo tanto, la fiesta destinada a celebrar la Eucaristía. La Celebración se lleva a cabo el siguiente jueves al octavo domingo después del Domingo de Pascua (es decir, 60 días después del Domingo de Pascua; formalmente es el jueves que sigue al noveno domingo siguiente a la primera luna llena de primavera del hemisferio norte).

Sigamos:

"Y después de la extraordinaria pompa del culto religioso que los vecinos de fuera y dentro del Castillo tributaban, como buenos católicos, al cuerpo de Dios, las músicas, danzas, cabalgatas, juegos de cintas y cañas, representaciones de autos y farsas sacramentales y otros alegres entretenimientos, como el de correr lanzas y toros, no era acaso lo que menos hacía llamar en tropel a las gentes de las aldeas y pueblos cercanos al almenado Castillo, alcázar principal y asiento otras veces de los reyes árabes de la Lusitania y del Algarve.

Los buenos portugueses de aquella época, olvidando por un momento las eternas rivalidades que de siempre los desunían con los turbulentos españoles, atravesaban en aquel día alegremente la frontera, sin recordar siquiera que algunas veces la habían pasado en son de guerra, para medir sus valerosas armas con las no menos temibles de los intrépidos castellanos.

Entre los muchos festejos que en Badajoz tenían lugar en aquella fiesta, había predilección por las farsas y representaciones y por carreras de caballos, habiéndose creado un buen premio para el caballero que diese mayor número de vueltas alrededor de un círculo anteriormente demarcado, sustentando en la mano derecha el pesado estandarte de la ciudad, con cuya insignia las huestes cristianas entraron victoriosas en Badajoz cuando lo ganaron a los sectarios de Mahoma.

Aquella función, cuando las luchas de destreza y de fuerza entretenían a la nobleza y causaban el encanto del populacho embrutecido por la guerra en la que hacían servir los señores, era siempre por nobles y plebeyos deseada, y fue también la que tuvo origen la tradición que nos ocupa."


Como vemos todavía en el siglo XIV el castillo era el centro de las celebraciones. La solemne procesión debía salir de la iglesia de Santa María del Castillo y llegar a la catedral de San Juan.

Ya leímos a López Prudencio que: “La Corredera era una de las principales ruas de la Ciudad. Terminaba en los Azogues, donde se solía levantar el tablado cuando en la Semana Santa representaban los misterios de la Pasión los clérigos y los hermanos de las cofradías." La "Plazoletita de los Azogues" era “vecina a la Parroquia de Santa María de los Freires y cercana a la Catedral de Nuestra Señora de la See”.

“La Corredera”, debía ser la corredera de caballos, es decir donde se debían celebrar las carreras.

Sigamos:

"En el año 1384, en la víspera de la festividad de la romería de Badajoz, hallábanse reunidos varios jóvenes en la sala de armas del gobernador de la ciudad de Elvas. Uno de ellos, llamado Juan Páez Gago, sobrino del gobernador, y acaso el más temerario, sino el más valiente, concibió el arrojo de hacer una apuesta con sus compañeros sobre coger la bandera española o estandarte de Badajoz, y traerla dentro de los muros de la ciudad portuguesa.

El intrépido y atrevido portugués llegó al siguiente día a Badajoz, consiguiendo entrar con oros caballeros en las funciones, y al tomar parte en la corridas de caballos, empuñó, cuando le tocó en suerte, el glorioso estandarte, dando con él la primera vuelta a todo galopar de su fogoso caballo,; después dio la segunda con no menos brío, y a la tercera, en vez de volver a la estacada, donde las gentes presenciaban el espectáculo, emprendió una precipitada carrera en dirección a Portugal, y huyo gritando: ¡O estandarte levo…! ¡O estandarte levo…!. "


Vamos a ver que día pudo ocurrir esto. Según mis cálculos, la primera luna llena de la primavera de 1384 fue el 6 de Abril, por lo tanto el Domingo de Pascua fue el día 11 de Abril, y si le sumamos 60 días, el Jueves 10 de Junio se tuvo que celebrar el Corpus Christi en Badajoz.

¿Es posible que se pudiera producir este suceso?

Como ya hemos visto en agosto de 1382 se firmo el tratado de paz con los portugueses, y en mayo de 1383 se casaron Juan I y la Infanta portuguesa Doña Beatriz, por lo tanto una vez finalizadas las tres guerras contra Fernando I de Portugal se había abierto una presumible paz duradera donde el primogénito de este matrimonio reinaría sobre Castilla y Portugal.

Pero con la muerte de Fernando I en Octubre de este año, parte de la nobleza y el pueblo portugués vieron con muchas reticencias el que nuestro Juan I empezase a utilizar los títulos y armas de Portugal y empezaron las maquinaciones. El ambiente se iría haciendo inestable, hasta que el 6 de Abril de 1385 se proclama rey Joao I o hasta que se confirma su reinado con su victoria en Albujarrota en agosto de 1385. Dentro de esta paz inestable, es posible que en el Corpus de junio de 1384 se pudieran dar estos hechos.

Sigamos:

"Quedaron todos los españoles atónitos y sin poder tomar decisión por el primer momento. Recuperada en breve la serenidad y la energía, momentáneamente perdida, partieron a todo galopar trece caballeros en seguimiento del osado portugués galopando y mejor, movidos por el vehemente deseo de la venganza de un hecho tan ruin; pero el portugués llevaba gran delantera, y animado ya por el corto espacio que le separaba de Elvas tomó la dirección de una de sus puertas acosando a su caballo para más pronto entrar en la plaza; mas por desgracia suya, estaba levantado el puente levadizo. Entonces, cubierto él de sudor, y su fogoso caballo de espuma, se dirigió a otra puerta, pero también estaba levantado el puente levadizo: como por lo anterior, le era vedado el tránsito en la plaza.

Y era que el gobernador de ella había visto a gran número de españoles galopar en dirección a Elvas, y por temor al peligro, a causa del hecho cometido por el intrépido portugués, mandó cerrar las puertas de la ciudad.

Viendo indignado el valerosos Juan Páez Gago que en breve le alcanzarían las espadas y lanzas enemigas, no temió su vida, y arrogando el glorioso estandarte por encima de las murallas, exclamó cayendo sobre su rendido caballo en el foso: ¡Morra o home!… ¡Fique a fama…!

Entonces se lanzaron sobre él todos los españoles, hiriéndole en su cuerpo con espadas y lanzas, le llevaron a Badajoz, donde le dieron muerte arrojándolo en una caldera de aceite hirviendo."


Por este suceso, hasta mucho tiempo después de esta trágica aventura se llevaba delante de la procesión del Santísimo Corpus Christi, en Badajoz, una caldera, mientras que en Elvas se conducía el estandarte castellano.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto como fue posible que caballo y jinete cruzasen el Guadiana sin que fuese apresado ya que en este momeno no había puente. Si la historia es como la cuenta Nicolás Díaz alguien estaba esperando al portugués para cruzar el Guadiana en una barca y asi ganar tiempo.

Anónimo dijo...

Habría que ver como era el sistema de pasar el Guadiana, si había unas barcazas con cuerdas u otro sistema.

De todas maneras, yo he atravesado vados a caballo y los caballos nadan muy bien.

Anónimo dijo...

Si como dices esto ocurrió en el mes junio es posible que pudiese vadearse el Guadiana sin necesidad de barca.
En cualquier caso es seguro que poco después existía en Badajoz una barca para cruzar el río y que los vecinos de la ciudad obtuvieron el privilegio de no pagar el correspondiente barcaje. Posiblemente era una balsa plana que se desplazaba con un andarivel o maroma tendida de orilla a orilla. Es posible también que el embarcadero se situase frente a la actual calle de Vasco Núñez y este embarcadero saliese una puerta de la muralla.

Anónimo dijo...

En le entrada de Alfonso Enriquez sacó el tema Pilo de si podría ser la misma puerta de escape de Joao Páez Gago y Alfonso Enriquez.

Propuesta a debatir: La puerta de Yelbes.

¿No es posible, que esta puerta no diera a la ciudad sino directamente al exterior?

La muralla exterior entonces de la ciudad quedaría en su parte norte, no tan pegada al rio sino más al sur(por debajo de la puerta de Yelbes y por encima de San Agustín)

Quedaria a la altura del posible muro norte prealmohade de la Alcazaba, de tal manera que quedase una vega en la orilla que serviría para la agricultura.

La puerta de Yelbes se llamaría así por dar al camino en dirección a Elvas, paralelo a la muralla y al Guadiana hasta algún vado o embarcadero, que como indicas podría estar frente a Vasco Nuñez.

¿Que puede apoyar esta hipótesis?

Las curvas de nivel. De norte a sur, al sur del Guadiana, empieza Badajoz a elevarse. Podría ser lógico que la muralla norte de la ciudad o medina no estuviese tan baja como ahora, sino más al sur y por lo tanto a una cota más alta.

Anónimo dijo...

... pero en las visitas guiadas, la historia que nos contaban terminaba que durante unos años los españoles se acercaban a la muralla de Elvas y éstos asomaban el estandarte de Badajoz y nosotros les enseñábamos el caldero...

Además nos decían que por esta razón el escudo de la “Cidade de Elvas” lleva un caballero montado a caballo portando un estandarte, como ciertamente es así en la actualidad.
Más le valdría a Nicolás Diaz y Pérez haberse preocupado de buscar en Elvas el estandarte de su ciudad y no buscar el caldero que a buen seguro terminó sus días en la Romería de Botoa o mejor en el molino de la Tarasca algún día del Corpus.

Anónimo dijo...

Me queda por exponer en la segunda parte de esta historia las versiones portuguesas, la posibilidad de que esté aún el estandarte en Elvas (Lo mismo habría que acercarse un día a por él) y lo del Escudo de Elvas, que dudo que sea este estandarte.

Anónimo dijo...

Hombre, Fernando, tanto como acercarse a Elvas a por el estandarte, pues como que no, porque se nos echarían encima los paracaidistas portugueses.

Ese estandarte es propio de Elvas ya que utilizaron aquel suceso para realizarlo, aunque eso sí, bajo el punto de vista de ellos que tú dices que expondrás más adelante. Vaya usted a saber cuál de las dos versiones es la correcta.

Con respecto al cruce del río por el caballero Joao Páez Gago, si tal suceso ocurrió, no creo yo que tanto él como sus caballeros perdieran el tiempo en subirse a la balsa, que a lo mejor hasta es posible que estuviera ocupada, cualquiera sabe.

Lo más probable es que cruzaran por el vado del Moro a galope tendido ya que en el mes de junio probablemente no tuviera mucho caudal (Yo lo he cruzado en moto, que ya es decir, aunque eso sí, en julio).

Otro cantar es por cuál puerta salió y dónde estaba esa puerta.

Volvemos a la mismo: ¿cómo estaban configuradas las murallas de Badajoz en el siglo XIV?

Anónimo dijo...

Uy, no me refería al estandarte, que en caso de existir y ser cierta la historia, habría que pedir con buenas maneras que no lo devuelvan, sin dar un golpe de mano para sacarlo de allí al estilo Vellocinio de oro y los argonautas. Me refería al escudo de Elvas cuando dije que era de ellos por mérito a la gesta del caballero luso.

Anónimo dijo...

En el escudo de Elvas aparece un jinete que algunas tradiciones elvenses identifican con un famosísimo caballero luso llamado Gil Fernandes.
Este personaje fue Alcalde mayor de Elvas entre 1384 y 1390. Es decir, vivió por los mismos años que sucedieron los hechos que relata Fernando. Fue un firme y leal defensor de Joao I y participó en las batallas de Atoleiros, Aljubarrota y Valverde de Leganés comando las milicias de Elvas.

No obstante es poco probable que el jinete se corresponda con Gil Fernandes pues en un sello de 125, es decir mucho antes de que naciera, ya aparece jinete como emblema de Elvas.

Otras tradiciones atribuyen a Gil Fernandes la hazaña del pendón de Badajoz. Si esto es así, resulta que buena parte del relato de Nicolás Díaz no se ajusta a la realidad ya que nuestro ínclito "historiador" asegura que el autor de la hazaña fue Juan Paez Gago y murió tras entregar el pendón. Pues bien, Gil Fernández no murió en 1384 ya que hasta 1390 siguió siendo Alcalde mayor de Elvas.

Anónimo dijo...

Julian 125 que ?

Anónimo dijo...

¡la cabeza!.
Según creo el sello mas antiguo del concelho de Elvas es del año 1258.